14 enero, 2020

Vías para salir de una democracia en crisis: Las ideas que se propusieron en el Congreso del Futuro


@emol

SANTIAGO.- "La democracia en el mundo pasa por horas, por días, por años difíciles", aseguró este martes el Premio Nacional de Humanidades, Agustín Squella, en el panel "Gobernar" del Congreso del Futuro. De acuerdo a su visión, esta crisis que enfrenta se basa en que sus tres aspectos fundamentales -representatividad, participación y deliberación- están afectados, y explicó que, de no encontrar una manera de salir del momento crítico, podría significar su "colapso". "Por cierto que un demócrata no puede estar de acuerdo con la desobediencia revolucionaria y menos con la anarquista sin dejar de ser demócrata, pero un demócrata siempre tendría que mirar con buenos ojos la protesta y desde luego la objeción de conciencia" Agustín Squella Squella habló acerca de la pregunta, "pertinente e inevitable", de "¿quién debe gobernar?". "Eso no me hace estar de acuerdo con quienes piensan que la función de mandar y obedecer es la función decisiva en toda sociedad y que la más ligera duda o vacilación en la respuesta acerca de quién manda es el comienzo de la debacle", aseguró. "Cuidado con ponernos a glorificar el mando, promoviendo la obediencia incondicional como si todos tuviéramos que ir detrás de las banderas de los que mandan", añadió, explicando que "existen modalidades de desobediencia en el derecho por razones morales". Entre ellas identificó la protesta, la objeción de conciencia y las desobediencias civil, revolucionaria y anarquista. "Por cierto que un demócrata no puede estar de acuerdo con la desobediencia revolucionaria y menos con la anarquista sin dejar de ser demócrata, pero un demócrata siempre tendría que mirar con buenos ojos la protesta y desde luego la objeción de conciencia, pidiendo que el derecho la autorice en más casos. El punto es qué hacemos con la desobediencia civil", planteó. "Seamos realistas, no digo sensatos: el derecho no puede autorizar la desobediencia civil (...) sin contradecirse, pero eso no significa que de pronto la desobediencia civil en un país pueda ser una cosa beneficiosa para que ese derecho democrático que no lo autorice despierte de su letargo", finalizó. La "política de la persuasión" Por su parte, el director del Instituto de Filosofía y Ciencias de la Complejidad, Pablo Razeto, entregó una visión de cómo se han dado los "grandes cambios estructurales en las sociedad, particularmente cuando empezaron por un movimiento popular". Así, identificó tres vías: la fuerza, que se puede dar a través de la milicia, la revolución o las guerras civiles; la votación, asociada a partidos políticos; y un tercer camino que Gandhi bautizó "política de la persuasión" y que está relacionada con la "resistencia civil ética". "Quienes pretendan que se implemente la transformación no deben intentar tomarse el poder por la fuerza, porque eso cambia un sistema de dominación por otro, sino persuadir al poder, cambiarle la mente", dijo Razeto. Las demás condiciones son "partir por sí mismo y sus cercanos" o "predicar con el ejemplo" y ocupar "técnicas de resistencia no violenta". Sobre lo último entregó como ejemplo la intervención feminista de LasTesis. "¿Dice que es ingenuo? No", sostuvo el doctor en Ciencias, que acompañó su exposición con ejemplos exitosos en los que la "política de la persuasión" logró una transformación estructural: en India, que se pasó de una colonia a una república; en EE.UU. con el movimiento por los derechos civiles liderado por Martin Luther King; y las tres olas del feminismo. "Es una forma política viable", concluyó. En tanto, la doctora en Ciencia Política argentina María Esperanza Casullo, quien se especializa en el estudio de los populismos, señaló que "gobernar también es contar historias". "La democracia supone que podamos participar en construir y debatir relatos sobre quién somos y adónde vamos. Gobernar es lograr que más gente pueda participar de eso. La crisis de relatos genera angustia, pero invita a pensar nuevos", afirmó.


Interesante discusión.

No existe la democracia, salvo que sea directa. La democracia de representantes o república no es en realidad una democracia en el entendido que se delega la función ciudadana de conocer y votar todas las normas y reglamentaciones que afectan el devenir de la sociedad  y de cada persona en ella. Y por ende, delegas el poder en unos pocos que se mantienen en el poder, siendo para todos los efectos prácticos los que mandan el país a su arbitrio convirtiéndose en una casta aparte. Y como tal siempre va a votar en su beneficio, no en el de la población general de la que ellos no forman parte, o al menos eso es lo que creen.

Esa es la regla general del poder. Este legisla solo para su conveniencia.

Es por esto que es tan importante limitar la re elección de los representantes y cualquier cargo público de elección popular. De esta manera, limitas la posibilidad de malas legislaciones para el general de la población, y la corrupción.

El ideal sería democracia directa. Todos votamos todo. Y los representantes solo plantean proyectos de ley.

Entre otras cosas, esto lograría que los representantes y gobierno se preocuparan de gestionar y especialmente evitar desastres, como no hay ganancia en dejar que ocurran y después resolverlos o encontrar los culpables porque no van a ser re electos por esto, harían efectivamente el trabajo de prevenir y gestionar que va a evitar que los afecte en el futuro de civiles.

La desobediencia civil o protesta siempre va a ocurrir cuando existe una jerarquía antigua y anquilosada que no quiere cambiar nada, a pesar de que los tiempos hayan cambiado y la estructura esté añeja.

Por eso las revueltas o protestas, cuando son por este objetivo general, son generadoras de cambios positivos en el largo plazo. Es un ajuste a la fuerza del modelo social y jerárquico a los tiempos que corren.

Ahora, si las revueltas son para obtener todo gratis o sin esfuerzo porque es un derecho humano…

No termina bien.

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1 comentario:

  1. Muy interesante. La democracia directa lamentablemente (me parece) está limitada por las posibilidades tecnológicas de fraude. Si fuese tan infalible como un voto en urna (con apoderados de mesa) sería un gran avance para la sociedad.

    Entiendo que en suiza votan electrónicamente. Desconozco lo eficaz en prevención de delitos de fraude informático.

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