07 agosto, 2022

Columna de Carlos Ominami: Pena y rabia por el Instituto Nacional

Estudiantes del Instituto Nacional se manifiestan a fueras del establecimiento. Acusan abandono del estado, malas infraestructura, problemas con la alimentación Junaeb y déficit en materiales de estudio. Foto: Víctor Huenante / Agencia Uno.

@latercera

Pena porque el Instituto Nacional (IN), la catedral del mérito, el que hacía realidad la esperanza de un joven humilde y de su familia de progresar en la vida , el espacio donde estudiantes de hogares pobres podían convivir con hijos de profesionales o de empresarios exitosos, está agonizando, si es que no está ya muerto. Luego de dos años de suspensión de clases presenciales, mientras los otros establecimientos volvieron a la normalidad, el Instituto ha debido nuevamente suspender las clases presenciales porque en su interior un grupo, con toda seguridad minoritario, ha hecho de la violencia y el vandalismo su instrumento de lucha.

Los intentos de muchos estudiantes, profesores y apoderados por recuperar una cierta normalidad han sido vanos. El grupo de los violentos que digamoslo, cuenta con apoyo y complicidades externas y también de algunos profesores y apoderados, ha impuesto su ley, escondidos en overoles blancos para no dar la cara. Desgraciadamente, la tardía incorporación femenina, 500 mujeres sobre un total de 4000 alumnos, no consiguió revertir la situación. Más aún, algunas que intentaron oponerse a los violentos terminaron siendo ellas las golpeadas.

El Instituto, al cual miles se disputaban por entrar, el Instituto que hacía honor a su lema de “labor omnia vincit”, el “primer foco de luz de la Nación”, el que competía mano a mano y le ganaba a “los idiotas del Verbo Divino” según la expresión de un ex ministro de Educación para referirse a los alumnos de los colegios particulares pagados, la cuna de Presidentes y grandes servidores del Estado, ese ya no existe. En la actualidad sobran las vacantes y ha desaparecido completamente de los ranking de excelencia académica.

Tengo también rabia porque este estado de cosas no es herencia de la dictadura, sino responsabilidad directa de la democracia. Más allá de esfuerzos destacables pero aislados, el Instituto no pudo contar nunca con el apoyo que requería. Su infraestructura sigue siendo precaria pero sobretodo su papel como el gran liceo de la República fue sistemáticamente desconocido. La guinda de la torta fue la reforma impuesta por autoridades todas educadas en colegios particulares pagados que le impidieron seguir practicando una selección por mérito bajo el pretexto de la democratización del acceso. La tómbola que se propuso como medio de selección ni siquiera ha debido ser utilizada. No hay en la actualidad suficientes alumnos para llenar las vacantes ofrecidas.

El resultado final no podría ser más lamentable. En el listado de los mejores colegios no figura ninguno público, lo que acentúa una tendencia que se venía manifestando con anterioridad : la predominancia total y absoluta de los colegios particulares pagados (7% del total de la matrícula) en la composición de la elite gobernante del país con todos los efectos que eso implica en materia de exclusión social y concentración del poder.


 

De hecho la élite gobernante hasta antes del golpe del 73 era eminentemente proveniente del instituto Nacional.

Y obviamente todo el mundo reconoce ahora que la idiotez de la tómbola liquidó para todos los efectos prácticos al colegio.

Porque el gran secreto de la educación de élite es que lo es porque selecciona a la materia prima que va a pulir.

Si sacas la selección, y dejas entrar lo que sea, no hay forma en que un establecimiento cambie eso a excelencia.

Incluso dentro de IN había selección. Los mejores puntajes de las pruebas de selección salían en la enorme mayoría de los casos de los primeros cursos, de 20+ que habían.

Ley de vida. Ley de management. Se gobierna o gestiona con los mejores. Ellos son los que impulsan el resto de la carreta. Se los identifica, se los pule, se los prueba, y se los deja hacer después de ello.

Cuando tratas de hacer que todos tengan un desempeño excelente, vas al ritmo de los más lentos. Cuando identificas a los extraordinarios, ellos hacen lo mismo con sus dirigidos posteriormente a niveles cada vez más de base. Eso es subsidiaridad. O delegar.

La primera, y probablemente más importante misión del país es identificar a la gente extraordinaria que va a dirigir los destinos de la sociedad, sean en al ámbito público o privado. Donde sea que estén. Donde sea que hayan nacido dentro de la sociedad. Identificarlos y traerlos a la excelencia, que la compartan con sus pares y que en competencia la pulan y creen esos vínculos que aportan una visión común pero también diversidad de opiniones entre gente que quiere toda el mejor bienestar del país.

Eso ERA el IN. Y el INBA. Y el Lastarria. Y el Aplicaciones. Y el Carmela Carvajal. Y el Liceo 1. Especialmente en los inicios de la república.

Eso debería ser el objetivo primario de la educación. El segundo es generar para todos las bases de pensamiento críticos y la entrega de herramientas que nos permitan ir al paso que requieran esos líderes en la sociedad.

Pero estamos dominados por gente que no cree en eso. O no lo entiende. Creen que cualquiera puede ser lo que quiera si tan solo le dan las herramientas para ello.

Y aquí estamos. Gobernados por narcisos y el mejor colegio histórico de la nación capturado por flaites cabezas de chorlito buenos para nada.

No puedes hacer filete mignon con pana. Así es la vida.

por supuesto mal entrenadas, o motivadas, esas élites pueden resultar en monstruos que nos lleven a profundidades impensadas.

Nadie dijo que era fácil construir sociedades.

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3 comentarios:

  1. El IN fue creado para educar a la elite rica de Chile. No como medio de hacer subir a los pobres o algo parecido. Ahora ya no es tan maravilloso porque ya no estudia la elite rica alli sino que el perraje y flaytes. Incluso ni siquiera la clase media meteria sus hijos alli. Ojo que los otros liceos emblematicos tienen peor situacion aun.

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    1. Edo Edo, sigues siendo un ignorante, a pesar de los años, desde que escribías huevadas en Chilecomparte no has cambiado un ápice.
      Todo el siglo XX el Instituto recibió a estudiantes provenientes de todas las clases sociales, de la élite económica y también de las nacientes clases medias de inicios del siglo XX.
      El Inba era parte del Instituto, y recibía a los alumnos que venían de regiones y no tenían recursos para estar viviendo en la capital. ¿Eran hijos de la élite?

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  2. Nada que decir, yo postule al broca cochi a todas las escuelas publicas a distancia caminable de mi hogar y no hubo cupo en ninguna.
    Todo santiago y hasta de regiones postulan a las escuelas publicas de provi y las condes.
    Me vi obligado a ponerlo en un colegio particular por falta de cupos.
    No recibo nada a cambio de mis impuestos excepto policia, ejercito y la calle pavimentada afuera de mi hogar.
    nn

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