Si la nueva Constitución es aprobada, “la colusión va a ser imposible”, notifica la franja televisiva del Apruebo. También dice que a las mujeres les “permitirá tener una vida libre de violencia dentro y fuera del hogar”.
Luego, nos presenta la historia de Jaime, quien debe tener dos trabajos para mantener a su familia. Pero eso cambiará, porque “si se aprueba la nueva Constitución, Jaime tendrá derecho a un sueldo justo, para que no tenga que tener dos pegas, para que no tenga que llenarse de créditos”.
El paraíso está a un voto de distancia. Dependiendo del resultado del 4 de septiembre, podremos vivir en un país de ensueño.
La falacia que se repite en la campaña del Apruebo es confundir teoría con práctica, sueños con realidad, lo escrito con lo vivido.
Sí, el texto dice que la colusión es “contraria al interés social” y establece que “el Estado debe prevenir y sancionar los abusos en los mercados” (Artículo 182.5). Pero no basta con consagrar constitucionalmente un precepto para que este deje de ser violado, tal como no basta tipificar un delito para que este deje de cometerse. La colusión ocurre en todos los países, y su combate depende de una compleja trama de instituciones, normas, condiciones de mercado y prevención de la captura del Estado. Pensar que “la colusión va a ser imposible” solo porque la Constitución la condena es pensamiento mágico, impropio de personas adultas.
¿Y qué decir sobre la “vida libre de violencia dentro y fuera del hogar”? Sí, la paridad y la perspectiva de género en la justicia son avances significativos, pero no son una varita mágica que elimine, de un solo plumazo, siglos de machismo, misoginia y violencia contra las mujeres. Los abusos, violaciones y femicidios, lamentablemente, seguirán ocurriendo.
Sobre Jaime, la triste realidad es que al día siguiente del plebiscito deberá seguir trabajando igual. Sí, el Artículo 46.2 habla del “derecho a una remuneración equitativa, justa y suficiente”, pero como el dinero no se crea por decreto, el contenido de ese “sueldo justo” seguirá dependiendo de condiciones de mercado y productividad.
Mientras, la campaña del Rechazo nos muestra una historia opuesta, como una copia en negativo de la misma fotografía.
Un senador dice que se permitirá el aborto hasta los nueve meses. Otro parlamentario alerta de expropiaciones ilimitadas. Una diputada se pregunta si tras un accidente de tránsito ella será juzgada por una autoridad tradicional indígena. Y suma y sigue.
El infierno está a un voto de distancia. Dependiendo del resultado del 4 de septiembre, quedaremos condenados a vivir en un país de pesadilla.
El mecanismo en este caso es llevar todo hasta el más ridículo de los extremos. En el caso del aborto, la propuesta de la Convención establece, en su Artículo 61, el derecho a “una interrupción voluntaria del embarazo”, y especifica que “la ley regulará” el ejercicio de ese derecho. ¿Entonces, una ley establecerá que el aborto es legal hasta los nueve meses? Todos sabemos que no. La OMS habla de aborto hasta la semana 22, todas las legislaciones comparables regulan períodos que suelen oscilar entre las 12 y las 16 semanas, y ninguna organización pro-elección propone un aborto más allá de esas fechas. De hecho, son los mismos parlamentarios que propagan este absurdo los que deberían aprobar la ley que establezca los plazos.
Lo mismo pasa con las demás normas. No, el eventual triunfo del Apruebo no nos llevará a un país paralelo donde el Congreso dictará leyes absurdas que nadie propone ni respalda.
No basta con que un derecho sea consagrado para que se convierta en realidad. Como tampoco abre un portal a un universo alternativo de consecuencias extremas.
Para entender cómo opera realmente una Constitución, veamos un ejemplo de la carta actual. Esta, en su Artículo 19 número 8, consagra “el derecho a vivir en un medioambiente libre de contaminación” y señala que “la ley podrá establecer restricciones específicas al ejercicio de determinados derechos o libertades para proteger el medioambiente”.
Imaginemos este artículo en el contexto del debate actual. ¿Qué prometería el Apruebo? ¡Se acaban las zonas de sacrificio! ¡Al fin podremos respirar aire puro y ver la cordillera! ¡Las aguas fluirán limpias y cristalinas, de cordillera a mar! ¿Con qué amenazaría el Rechazo? ¡Se acaban la minería y la industria! ¡Miles de trabajadores despedidos por el cierre de las fábricas! ¡Te quitarán tu auto porque contamina!
Todo eso es ridículo. Este artículo es parte de nuestra Constitución desde 1981 y ninguno de esos escenarios ha ocurrido.
¿Es irrelevante lo que diga la Constitución, entonces? No.
Pensemos de nuevo en el artículo que consagra el derecho a vivir en un medioambiente libre de contaminación.
Al ser un derecho establecido en la Constitución, los ciudadanos han podido recurrir de protección ante la justicia en casos graves de polución. También ha permitido leyes que restringen otros derechos, como el de emprender actividades económicas o el de propiedad, para equilibrarlo con la protección del medioambiente: restricción vehicular, impuestos verdes, zonas saturadas, evaluaciones de impacto ambiental. Progresivamente, a medida que Chile se desarrolla y el tema ambiental toma relevancia, las cosas han cambiado.
Eso, entre otras cosas, es una Constitución. Un marco general que habilita el debate sobre problemas relevantes. No es una varita mágica que los soluciona, como a veces promete el Apruebo, ni una norma tajante que debería dejarlos resueltos hasta el más mínimo detalle, como a veces exige el Rechazo. No es una ley, ni un reglamento, ni un programa de gobierno.
Es un marco general que abre discusiones, no una norma pétrea que las cierra, de una vez y para siempre. No nos lleva ni al cielo ni al infierno, simplemente dibuja un sendero por el cual seguir caminando.
Buen artículo y equilibrado en esencia…pero deja de lado la discusión de lo más relevante en una constitución moderna. Y probablemente lo más complejo. Que no son los derechos garantizados. Eso es el fuego artificial distractor de lo más relevante.
Las constituciones nacen para dividir el poder absoluto del monarca en la caída de las monarquías hace 200 años en todo el mundo. Y 700 años antes la carta magna que restringió al rey en su capacidad de cobrar impuestos y aplicar la ley a su antojos.
En esencia, las constituciones nacen para dividir y configurar el poder político absoluto del ESTADO monárquico en las tres instancias principales que son la de legislar, juzgar y ejecutar la ley de manera que JAMÁS se de la condición en la cual exista un poder desbalanceado entre ellas.
Y después de eso, COLOCAR FRENOS a ese estado dividido con poderes perfectamente separados y balanceados en relación a su interacción con la ciudadanía.
Nunca fueron pensadas para garantizar derechos salvo los naturales relacionados con las libertades de expresión, asociación, defensa, propiedad privada y especialmente IMPUESTOS SIN REPRESENTACIÓN.
La calidad de una constitución se juzga por la capacidad de separar los poderes del estado de manera clara y eficiente. Y de colocar los frenos a la actuación del estado en perjuicio de la ciudadanía.
Cuando en una constitución tienes la palabra igualdad sustantiva ante la ley, y que los impuestos serán usados para combatir la desigualdad, básicamente te estás pasando por el trasero todas las razones por las cuales escribes una constitución porque le estás dando al estado la posibilidad de interferir completamente con la vida de todos, en todos los niveles.
En el caso de la constitución propuesta, sería mejor un dictador benévolo, porque una clase política malévola nos podría mandar al séptimo infierno del Dante.
Y ese es el punto.
Las constituciones son acuerdos de la asociación de personas en la sociedad para coordinar e implementar las correctas salvaguardas para PROTEGERNOS contra gobierno tiranos.
No más, no menos. Por eso separas los poderes. Y por eso colocas trabas a la actuación del estado en la sociedad en la forma de estado subsidiario, que significa que los problemas se solucionan en el origen cuando se pueda y no se traspasa la responsabilidad, y por ende el poder, al estado central en ello.
Por eso esta constitución es un BODRIO.
No nos protege contra gobierno tiranos. De hecho en cierta medida alienta a la concentración de los poderes políticos.
Una buena persona o un buen gobierno de buenas personas no necesita casi una constitución. NO están hechas para ellos. Están hechas para, por ejemplo, protegernos de los pasteles narcisistas psychos que tenemos ahora a cargo.
Esa es la discusión que echo de menos en todo esto y la explicación que merece la gente sobre el documento que se está discutiendo.
Todavía no veo a nadie quejándose por el artículo de los impuestos.
Artículo 185
1. Todas las personas y entidades deberán contribuir al sostenimiento de los gastos públicos mediante el pago de los impuestos, las tasas y las contribuciones que autorice la ley. El sistema tributario se funda en los principios de igualdad, progresividad, solidaridad y justicia material, el cual, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio. Tendrá dentro de sus objetivos la reducción de las desigualdades y la pobreza.
2. El ejercicio de la potestad tributaria admite la creación de tributos que respondan a fines distintos de la recaudación, debiendo tener en consideración límites tales como la necesidad, la razonabilidad y la transparencia
No entiendo como nadie ha dicho absolutamente nada de este misil termonuclear legal que básicamente deja en completa inutilidad todo el resto del bodrio.
El poder de colocar impuestos por parte del gobierno es el que le confiere control total sobre todos. Y esta propuesta tiene esto…
Básicamente te pueden colocar impuestos porque eres bonito y estás en ventaja respecto de los feos…O porque eres cis hetero blanco y están en ventaja con respecto a todo el resto.
El sistema tributario tendrá dentro de sus objetivos la reducción de las desigualdades y la pobreza.
Este era parte del borrador.
Esta idea es de Piketty. Que los impuestos sirvan para combatir la desigualdad. Y era el poder del Rey de Inglaterra que combatieron los colonos.
Y estos pasteles lo incluyen como si nada.
Los tres conceptos básicos de una constitución que nacieron de la lucha contra el poder absoluto de las monarquías.
Separación efectiva de los poderes del estado.
Igualdad ante la ley.
No impuestos sin representación.
Cuántos cumple el bodrio?
Exacto.
Por eso es un bodrio.
Imprimir artículo
Gracias maestro, encontré uno de los mejores argumentos para ver si le puedo explicar algo a mis amigos que considero inteligentes, pero que están mareados de tanto progresismo.
ResponderEliminarOjalá que lo entiendan xddd
...suerte con eso, yo todavía no lo consigo, están encandilados con las progrerías....
Eliminar