22 abril, 2019

Haciendo historia en el Instituto Nacional


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“El análisis psicológico del espíritu de la mujer y del espíritu del hombre nos conduce con igual luz a esta conclusión: (...) poseen un poder inteligente y libre, en todo semejante. Si el hombre aparece de ordinario con fuerzas intelectuales superiores a la mujer, es porque él ha tenido la fortuna de que sus facultades hayan sido mejor cultivadas, pero no porque la mujer carezca de facultades capaces de igual cultivo”.
La frase fue escrita por Antonia Tarragó —pionera de la educación, fundadora del emblemático Liceo Santa Teresa— el 19 de mayo de 1877 en la primera edición de un periódico muy relevante, La Mujer. Fue fundado por Lucrecia Undurraga, y creado y escrito para y por mujeres, con el objetivo de promover la educación femenina. Ellas vivían en una época en que —aunque hoy parezca impensable— las mujeres no podían estudiar en la universidad. Y fue el llamado Decreto Amunátegui —por el nombre del ministro de Instrucción Primaria, Miguel Luis Amunátegui— el que cambió esa injusta discriminación, permitiendo que las mujeres dieran exámenes de ingreso a la universidad. Impulsar y apoyar ese decreto fue la razón de ser de este periódico, que estuvo invisibilizado por más de cien años, y que fue recientemente rescatado por dos académicas bajo el alero de la UAI: Verónica Ramírez y Carla Ulloa recuperaron todas las ediciones y las han puesto a nuestra disposición en un libro notable.
Sus páginas parecen un mensaje puesto en una botella, escrito por estas mujeres luchadoras, destinado a las chilenas que pudimos estudiar gracias a su coraje y su valentía. Impacta la contemporaneidad de sus ideas y reclamos, pero también el hecho de que aún queden espacios educacionales relevantes en los cuales ser mujer sea un impedimento a su acceso. El caso del Instituto Nacional es, sin duda, uno de ellos.
Una niña de once años, Marina Ascencio, inició el debate cuando escribió en 2016 una carta en la que pide a las autoridades ingresar a este mítico colegio, una misiva que de seguro habría hecho sentir orgullo a las redactoras de La Mujer: “Tanto hombres como mujeres somos iguales en una manera intelectual; no inferiores ni superiores, sino que iguales”. Ella quería seguir los pasos de su padre, educado allí. Casi tres años después, y tras una votación no exenta de controversias, su petición fue acogida, y el emblemático Instituto Nacional, el lugar donde se han formado gran parte de los Presidentes de Chile y de su élite intelectual, tendrá niñas en sus salas de clases, que compartirán el beneficio de su educación considerada de excelencia. Que las herederas del espíritu de doña Lucrecia y doña Antonia logren dar un nuevo paso en pos de una educación igualitaria no puede sino ser una gran noticia. Mujeres como ellas y hombres como el ministro Amunátegui son los que cambian el curso de la historia.


Fue una discusión de fin de semana (muy acalorada) con amigos y ex compañeros del IN.

En ella, ambos coincidimos en dos cosas. Ya no es lo que era porque la demanda por entrar ha bajado considerablemente, y por ende quienes entran no hacen el corte exigente que solía tener, y se basa en otros parámetros adicionales a las notas, que era lo único que importaba antes.

Y es en realidad lo que esta gente con agenda feminista tan obvia que está infectando todos los ámbitos sociales no ha notado. El Instituto Nacional era el espacio más inclusivo del país. Sólo existían dos criterios. Que seas hombre, y que tengas las mejores notas posibles. Exactamente el mismo criterio que tenía su contraparte femenina en el Liceo 1 que para eso se hizo.

Que las mujeres quieran entrar a los espacios masculinos por la fuerza, pero sin que les toquen sus espacios femeninos, porque hasta donde conozco nadie está impulsando el que el Liceo 1 o el Carmela Carvajal sean mixtos, es tan obvio a esta altura. Y no hay casi nada más icónico que el IN como espacio masculino público de excelencia académica.

Hay un solo punto que han perdido los chicos soya y feminazis en este ámbito.

La excelencia depende en un 99,9% de la materia prima. El Instituto Nacional era lo que era por su selección de entrada, no por la educación que recibías en ella. Y eso es lo que mal interpretan todos en lo que a excelencia se refiere. Un colegio no va a transformar a un alumno mediocre, académicamente, en uno excelente. Medicina o Ingeniería Civil en la PUC o Chile tienen el prestigio que tiene porque entrar es MUUUUUY difícil, y mantenerse, no tanto. Tal vez el único choque es la completa libertad que tienes al interior y a la que cuesta acostumbrarse.

Si cambias la selección ultra exigente que tenía el IN por una basada en cuotas femeninas y azar, adiós excelencia. Así de simple.

Algunos argumentaban que lo que le faltaba al IN era la interacción con mujeres para una educación integral. Y uno podría estar de acuerdo con eso. En la medida en que ese sea el objetivo y programa educacional. Pero el objetivo era excelencia académica simple y pura.

Pero como estamos dominados por una generación que es incapaz de reconocer lo obvio y piensan que tienen derecho a la excelencia, como a todo el resto de cosas que quieren sin haber trabajado por ello o merecerlo, we are fucked.

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13 comentarios:

  1. Ni tan meritocratico el IN. Conoci varios casos de gente que hablando con las personas correctas en el IN pudo meter a sus hijos a estudiar alli. Demas esta decir que en mi tiempo los que estudiaban alli no eran los mas pobres sino que la clase media y media alta.

    Un buen colegio es el que toma un alumno y lo transforma para bien. El IN solo es un buen preuniversitario nada mas.

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    1. Y que colegio hoy no lo es???

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    2. Hay varios colegios privados que son muy buenos. Grange, Ursulinas y varios mas en donde ademas sales hablando 3 idiomas, con buena infraestructura en deporte y varias cosas mas en donde pagar 500 lucas mensuales compensan con todo lo que recibes.

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    3. Y esos colegios toman a cualquier alumno de cualquier clase y condición y lo convierten en excelente o tienen un proceso de selección???

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    4. Obvio que tiene seleccion. Pero adentro lo que enseñan es mejor que el IN.

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    5. Lo que pueden lograr $500.000 por alumno para mejorar la educación es impresionante. Cochino y sucio dinero...

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    6. Hay gente que se endeuda y deja de comer por pagarles una educacion de calidad a lls hijos.

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  2. Ojo que la PSU para muchos egresados de colegios privados es un mero tramite.

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    1. No si quieres entrar a medicina en la PUC. Si quieres estudiar diseño en la Arcis probablemente si sea un mero trámite.

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    2. Pues mira la lista de seleccionados de medicina PUC. Casi todos de privada.

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    3. Yep, y todos se dedican dos años a preparar la prueba y muchos con revancha por segunda vez. No me parece que sea un mero trámite para los muchachos de las privadas.

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    4. Si lo es. SObretodo para los mas aplicados. Vienen con una base infinitamente superior a la de muchos colegios...para que decir educacion publica.

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    5. El 55% de la matrícula de medicina de la UC es de colegios públicos y subvencionados y solo el 45% de particulares. No parece depender tanto del colegio y si de la materia prima, que es mi punto. Un alumno excelente es excelente en casi cualquier lado.

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