Una de las grandes dificultades del debate constitucional es que se demanda una opinión de la ciudadanía acerca de un texto, pero la ciudadanía —todo hay que decirlo— suele no leerlo o no entenderlo.
Así, está expuesta a un tráfico de interpretaciones parciales o tendenciosas que, elegidas con pinzas, no tienen por objeto ayudarla a comprender sobre lo que deberá decidir, sino simplemente estimular en ella el Apruebo o el Rechazo.
Veamos algunas —solo algunas— de esas interpretaciones tendenciosas.
¿Será verdad que los pueblos originarios tienen, a la luz del artículo 191, derecho de veto respecto de la voluntad democrática? La respuesta a esa pregunta es no. Si Chile es una República democrática, se gobierna por una voluntad común respecto de la cual ningún sector o clase o etnia tiene primacía. Cualquier interpretación contraria a ese principio es inadmisible. En consecuencia, la regla del artículo 191 debe tener una interpretación restringida solo a cuestiones de participación territorial y al ejercicio de derechos colectivos.
¿Es cierto que la propuesta constitucional prohíbe un sistema de plazos para abortar? Tampoco es cierto. La regla establece un derecho fundamental a abortar, lo que significa que la decisión de interrumpir el embarazo es autónoma. Pero una cosa es la autonomía de la decisión y otra el lapso en que esa autonomía puede ejercerse. Así, el proyecto no impide un sistema de plazos para proteger a la propia madre o al nasciturus conforme el embarazo avanza que es, por lo demás, lo que habitualmente ocurre en el derecho comparado.
¿Es correcto decir que el proyecto no provoca incertidumbres en materia económica? Tampoco es verdad. Un ejemplo es suficiente. Las concesiones mineras quedan entregadas a la ley y no se declara que sobre ellas hay propiedad, como ocurre con la regla hoy vigente. Luego, si el proyecto se aprueba, el estatuto hoy vigente en el Código de Minería podría perfectamente cambiar. Lo mismo ocurre con la noción de justo precio que —como enseña una vieja literatura— admite varias interpretaciones y no solo la del precio de mercado.
¿Será correcto afirmar que el Poder Judicial dejará de ser un poder? No, no es correcto porque nunca ha sido un poder del Estado. Los jueces nunca han tenido, aquí ni en el derecho comparado, una voluntad colectiva. Cada juez recibe de la ley la facultad jurisdiccional. Los jueces tienen poder, pero nunca han sido un poder en el sentido de conformar una voluntad colectiva como la del Congreso.
¿Es cierto que el proyecto consagra derechos sociales que son promesas vacías? Si se promueve que los derechos sociales son títulos inmediatos para acceder a bienes, ello sería una engañifa, un embeleco, una efectiva pompa de jabón. Lo correcto es entenderlos como orientaciones al poder estatal, un compromiso de la comunidad política por evitar que la estructura de clases tenga la última palabra a la hora de las oportunidades más básicas.
¿Es verdad que el texto propuesto no menciona la educación privada? Es verdad; aunque ella se puede derivar de otros derechos fundamentales como la libertad religiosa o la autonomía que el texto consagra. Es cierto, sin embargo, que se privilegia la educación proveída por el Estado.
¿Es correcto aseverar que el texto no contempla la objeción de conciencia? No, no es correcto. La objeción de conciencia no es un derecho fundamental, deriva de los derechos fundamentales como la libertad religiosa o de conciencia que el texto consagra.
¿Consagra el texto que se propone un gobierno de mayorías sin contrapeso? Sí. Aunque la manera correcta de decirlo es que consagra un gobierno de mayorías casi sin contrapesos, pero con límites que son los derechos fundamentales. Una pregunta relativa al sistema político es quién adopta las decisiones, la otra es qué límites deben tener esas decisiones. El proyecto responde la primera pregunta diciendo que la mayoría que se alcance en un solo evento es la que adopta las decisiones. Y responde la segunda con un sistema de derechos cuya custodia corresponderá a la Corte Constitucional.
¿Es el proyecto engorroso, estilísticamente feo y con algunas pifias técnicas? Bien escrito no está. Pero tampoco hay que exagerar. Incluso el Código Civil que fue redactado por una pequeña comisión de ilustrados y luego aprobado quedó inédito puesto que debió ser posteriormente corregido por Andrés Bello. Si eso ocurrió entonces es obvio que, redactado por 155 personas, de variada formación y experiencia y horizonte vital, algunos con propensión al disfraz y otros a las payas, presentaría defectos de esa índole.
¿Hay que aprobarlo o rechazarlo? La ciudadanía debe decidirlo, pero hay que aprobar o rechazar el texto y su significado, no lo que sus defensores acérrimos o sus adversarios intransigentes dicen que dice.
Así, hoy hay que repetir a cada ciudadano lo que dijo Kant en el dieciocho: ¡Atrévete a pensar y decidir por ti mismo!
HUH??
La justicia nunca ha sido un poder del estado??
WTF Peña??
La división de poderes más clásica de la monarquía en una república moderna es la ejecutiva, legislativa y judicial.
Si Chile es una república democrática no corre el artículo 191?? En la nueva no lo es, es una estado social y democrático de derecho y una república solidaria, PLURINACIONAL y REGIONAL. Como sea que se interprete eso ya no es una república democrática unitaria y centralizada como para decir que se descarta ese artículo.
Lo del aborto es un permiso abierto. Solo lo puede restringir una ley que NO PUEDE ir contra la libertad expresa constitucional. Lo podría discutir con Sánchez, el rector de la Católica en un debate abierto, no sería interesante?…
No entiendo que académicos que se dedican a esto no entiendan que las constituciones son restricciones al gobierno, no permisos para meterse en la vida de todos. Y la estructura de los TRES poderes del estado.
Pero todo esto es irrelevante para el Plebiscito. Es una discusión farandulera.
Esta es una votación emocional. Como todas. Jamás consumes algo por sus características técnicas. Te auto convences de tu consumo con ellas.
Nadie entra en blanco a esta votación y va a hacer un estudio de un documento de 178 páginas con todas las implicancias legales que ni siquiera un académico prestigioso como Peña es capaz de hacer correctamente. O nadie. Pasan años antes de que las implicancias legales de un texto constitucional sean obvias y razonadas, y eso por la jurisprudencia que se va a formando en torno a los fallos de la justicia.
Van a buscar aquellas características que apoyan su decisión ya tomada.
Es la gran diferencia y ventaja con la que siempre ha contado la izquierda en las campañas. Apelan a las emociones de una mucho mejor manera. La derecha apela a argumentos y data. Pelea perdida casi siempre salvo cuando las cosas están tan mal que es obvio que la data y lo objetivo es de lo que hay que colgarse para salir del hoyo porque los cuentos de hadas ya no funcionaron.
En esta campaña la emoción tomó el lado del rechazo. No es una decisión racional. Como tampoco la del apruebo. De hecho la gente del apruebo está absolutamente ideologizada. Dan lo mismo los argumentos con esa clase de gente. Para ellos los datos, estadísticas y demás cosas objetivas son elementos de opresión de la tiranía. Por eso mienten a destajo y descaradamente. No les importa porque son las víctimas de opresores y en esa lucha todo vale.
Me llama mucho la atención este periodo de tiempo en lo que a campañas se refiere. Quiero ver de que manera se plantean los del apruebo ahora que no son los buenos, virtuosos y con superioridad moral, como siempre se ha representado a la derecha en las elecciones. Son los avaros, no empáticos, no solidarios y demás tonterías.
Ahora la gente de la izquierda es la villana. Por diferentes deméritos que la derecha eso si. Primera tarea es reconocerlo. Segunda tarea es, qué vas a hacer con ello para intentar ganar una elección.
Hay un artículo del Economist muy interesante al respecto que estará en otro post.
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Bien Adyaner, bien masticado el artículo de Peña.
ResponderEliminarTe compro el análisis, si las weas están redactadas en forma ambigua claro que llevamos a confusión y quizás sea mejor explicar el espíritu de los artículos. Tenemos que desarrollar confianza.
En todo caso la élite no debiera preocuparse pues tienen abogados expertos para interpretar a su conveniencia lo que no esté claro.
Entre paréntesis, si el rechazo quiere persuadir a la gente, no vuelvan a mandar a la tele a Francisco Orrego, Bernardo Fontaine o al Senador Macaya. No son malas personas pero debieran prepararse un poquito mejor las mentiras que van a decir.
y a quien le perjudica mas que el texto sea ambiguo..si como dices la elite tiene abogados expertos..... se supone que la constitución es para protegernos de estados tiranos y esa mala redaccion nos deja expuesto a ese tipo de gobierno..
Eliminar"El aumento del conocimiento depende por completo de la existencia del desacuerdo".
ResponderEliminarKarl Popper