25 julio, 2022

Columna de Daniel Matamala: Mapuches millonarios

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@latercera

Uno de los episodios más recordados del programa de sátira televisiva Plan Z es “Mapuches millonarios”.

Su genio consiste en una simple inversión de la jerarquía social: un mundo en que los mapuches se mueven en limusinas, y tratan desdeñosamente a los empleados -rubios y de piel clara- de sus mansiones. Todo, tomando prestada la música de “Dallas”, la serie ochentera sobre una familia de magnates petroleros, sólo que intervenida con el sonido de trutrucas.

El chiste se cuenta solo, no hay nada que explicar. Cualquiera que viva en Chile sabe que, después de dos siglos de despojo y discriminación hacia los pueblos originarios, lo allí mostrado es absurdo, ridículo, impensable.

Recordé esos sketch esta semana, cuando líderes de opinión comenzaron a hablar, muy seriamente, de un mundo que recuerda al de Plan Z. Para el senador Manuel José Ossandón, los convencionales “transformaron a los pueblos originarios en ciudadanos de primera clase, y los chilenos que no son de pueblos originarios, son de segunda clase”.

René Tapia, abogado de Libertad y Desarrollo, argumenta que en el proyecto de nueva Constitución los pueblos indígenas adquieren una “categoría superior y privilegiada”.

Pablo Ortúzar, un antropólogo habitualmente lúcido, dice que “el chileno será un ciudadano de segunda categoría en su propio país”. Titula su columna “La Constitución del privilegio”, en contraste con la actual, que consagra “la igualdad básica ante la ley”.

Por cierto, es debatible si el proyecto de nueva Constitución acierta o no al establecer la plurinacionalidad, los sistemas de justicia o los escaños reservados. Todo eso es discutible. Pero es absurdo pensar que hoy en Chile existe igualdad solo porque la Constitución así lo dice, y que esa idílica equidad se rompería, y los pueblos originarios pasarían a ser “privilegiados”, si se aprueban algunas medidas para reparar la discriminación que han sufrido por siglos.

Es la diferencia entre la igualdad formal y la igualdad sustantiva. Hoy, claro, la Constitución asegura que “en Chile no hay persona ni grupos privilegiados”. Pero todos sabemos que sí hay desigualdad y privilegios, en todos los ámbitos de la vida.

Un solo dato al respecto: en Chile hay 95 González por cada Larraín, pero ambos apellidos han tenido casi la misma cantidad de miembros en la historia del Congreso (110 contra 107). La misma gigantesca sobrerrepresentación tienen otros apellidos ilustres, como Errázuriz. Esos han sido los verdaderos “escaños reservados” del Chile republicano.

Según el rector Carlos Peña, la igualdad sustantiva es un principio que “atraviesa toda la carta” constitucional, intentando remediar la histórica discriminación contra grupos como las mujeres, los pueblos indígenas o las minorías sexuales.

Entonces, ¿qué tan “iguales” son los pueblos originarios, no en el papel, sino en la realidad?

Partamos por un estudio del PNUD, que mide los apellidos más comunes en las carreras de mayor prestigio social: lideran los Matte, Délano y Zegers. En el otro extremo de la pirámide social, los 50 apellidos más comunes en Chile sin profesionales en esas carreras son, todos, sin excepción alguna, de pueblos originarios: Melinao, Curihuinca, Huenupi, Hualquimil, Yevilao… Por cierto, la ley no les prohíbe ejercer como médicos o ingenieros, pero en la vida real su acceso a esos puestos ha estado restringido.

Según Casen, el déficit de acceso a servicios sanitarios básicos es casi el doble entre indígenas (13,2%) que entre no indígenas (7,2%). Las familias con viviendas de calidad “aceptable” son menos entre los pueblos originarios (76,6% contra 87,6%). El ingreso del trabajo promedio del hogar, mucho menor ($582.081 a $763.052). El acceso a isapres, apenas la mitad (8,0% a 16,3%), etcétera.

La Araucanía es la región más pobre por ingresos del país (17,4%, contra 10,8% de promedio nacional), y las diez comunas con mayor tasa de pobreza tienen alta población mapuche o aymara: Alto Biobío (28,93% de pobres), General Lagos, Curarrehue, Galvarino, Ercilla, Chol Chol, Carahue, Camarones, Camiña y Lonquimay.

En Santiago, Cerro Navia y La Pintana son las comunas con mayor porcentaje de población mapuche y están, también, entre las más pobres y con menor esperanza de vida de la capital (en mujeres, 73 años en Cerro Navia, y 71 en La Pintana). Una mujer de Las Condes o Providencia tiene una expectativa de vida de 84 años, la misma de Noruega. Su compatriota de Tirúa, apenas 68 años, como en Namibia. Si es de Lumaco, 67, igual que en Pakistán.

Con todos estos datos a la mano, ¿puede alguien sostener que, de aprobarse el proyecto de Constitución, los pueblos originarios pasarían a ser de “primera clase”? Quienes lo afirman, ¿estarían dispuestos a intercambiar su posición social con la de los supuestos “privilegiados”? ¿Aceptarían que sus hijos tuvieran el mismo acceso a salud y vivienda, las mismas expectativas educativas y laborales, el mismo futuro económico, que un “privilegiado” niño mapuche de Ercilla, Lumaco o La Pintana? ¿Que su esperanza de vida ya no fuera noruega, sino pakistaní?

El senador Manuel José Ossandón Irarrázabal, hermano de la diputada Ximena Ossandón Irarrázabal, padre del exconvencional Manuel José Ossandón Lira, tío de la concejala Bernardita Paul Ossandón, y hermano del exvicepresidente de RN Roberto Ossandón Lira, ¿puede sostener que su familia pasaría a ser “de segunda clase” ante una familia de Galvarino, Alto Biobío o Cerro Navia?

El truco es conocido. En todo el mundo, políticos populistas esconden sus propios privilegios azuzando a la población contra la amenaza del “otro”, el más pobre y discriminado: el inmigrante, el miembro de una minoría sexual, el indígena.

Quienes hablan tan livianamente de privilegios, podrían revisar esos viejos capítulos de “Mapuches millonarios”, y reflexionar por qué, en un país supuestamente “igual”, ese sketch sigue causando una mezcla de risa, culpa y profunda incomodidad ante la sociedad que hemos construido.


 

Woah…

Al fin sale a relucir uno de los dos misiles tácticos encubiertos del bodrio progre impagable. El otro es el relacionado a los impuestos.

Lo único que puede asegurarse vía constitución es la igualdad en el papel. O dicho de otra manera, igualdad de derechos civiles. O sea, igualdad, sin apellidos, ante la ley.

Lo que está diciendo Matamala en el artículo es el equivalente futbolero básicamente de que deberíamos crear reglas de juego en el fútbol para permitir que una selección femenina gane el campeonato de fútbol masculino. O que la pueda ganar un país africano, asiático, del medio este o Bolivia en vez de Alemania, Italia, Francia, Brasil o Argentina. Porque no hay igualdad sustantiva entre alemanes y africanos o asiáticos, no? pobrecitos, nunca han ganado un campeonato. QUE INYUSTICIA¡¡¡

Suena ridículo??

Yep. Porque lo es. Ésta de hecho es la base del Marxismo. Todo es una construcción social, incluida la riqueza o fortuna que alguien pueda o no tener en la vida y mediante leyes e ingeniería social se puede lograr el que todos puedan tener lo mismo bajo un régimen de crecimiento continuo y constante hacia el Asgard en la tierra. Les resultó lo de que todos tengan lo mismo sin duda. No tanto lo de la parte Asgardiana.

Lo único que se puede asegurar en una constitución es que todos somos iguales ante la ley. No ante la naturaleza de las cosas y la diversidad que tiene el ser humano de talentos, motivaciones, aptitudes, suerte…

La real pregunta que tiene que hacer Matamala y todos los que proponen esta igualdad sustantiva es la siguiente.

Bajo el bodrio propuesto, un González de la Pintana tiene los mismos derechos que un Lonconao de la Araucanía??

Porque preguntarse si tienen la misma riqueza o los mismos accesos que un Edwards o un Matte es tan ridículo como preguntar en USA si un Smith de Michigan tiene la misma riqueza y accesos que un Vanderbilt o un Rockefeller. O siquiera los mismos intereses. Cuando tienes tiempo, acceso al poder social y dinero, comienzas a buscar la satisfacción política. Los problemas generalmente surgen cuando gente que no tiene el dinero o el poder social comienza a buscarlos en el poder político. Comienza el resentimiento, la corrupción y el decaimiento con esa clase de políticos, que en general es del tipo mayoritario que tenemos ahora, no solo en Chile, en todo el mundo occidental.

Por otro lado, este minuto de confianza es certero y un hint para el apruebo.

De nuevo. Se puede conversar con gente razonable. El problema son los talibanes.

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5 comentarios:

  1. uff Matamala debería ver un quiropráctico por que tiene la cabeza torcida hacia la izquierda.

    el tomar parodias y retorcerlas a tal extremo es típico de alguien con un sesgo de información que le impide ver todo el espectro de la sátira (imagina a los rubios que en esa sección del programa no aparecían).

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  2. @nónimo/Demócrito:

    Bien ridícula y sin fundamento la queja seudo filosófica de Matamala, y rebuscada...He aquí mi propia interpretación de la parodia que ocupa el periodista de la parodia indicada para afirmar su tesis:

    Si una minoría de colonizadores españoles liderados por Pedro de Valdivia e Inés de Suarez originarios de Europa pudieron resistir la embestida de miles de Mapuche que eran clara mayoría y con cierta ventaja militar por conocimiento del lugar, entre otras cosas, pero que se atemorizaron por las "bestias" o caballos que no conocían,,,,bueno, entonces...en hora buena, ya que después de 200 años - y más - no pueden alegar sus legítimos sucesores que hubo "despojo" si mal que mal - teóricamente al menos - tuvieron la oportunidad de alzarse como "millonarios mapuches" pero perdieron.... para obtener un resultado diferente debían tener un ADN especial de los bárbaros alemanes u otros pueblos originarios de españa, francia o rusia, o por lo menos la estrategia militar romana...cosa que no ocurrió

    Si al final, no parece ser otra cosa o forma que la vilipendiada ley del más fuerte que asoma de generación en generación cuyo botín se desparrama entre sus vencedores

    Triste pero cierto como dice un político, por las redes sociales

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  3. La formación valórica e intelectual de los periodistas en Chile y en el mundo es un asco. La caja de resonancia que ofrecen los medios de comunicación debería ser un criterio suficiente para reprobar a esos malos profesionales o degradarlos a la categoría de opinólogos o activistas. Pero, una vez más, la culpa no es del chancho.

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  4. Tellier creo que dijo que eso de modificar la propuesta de nueva constitución se hacia despues del 4 de Septiembre. https://www.emol.com/noticias/Nacional/2022/07/25/1067963/pc-acuerdo-cambios-propuesta-constitucion.html

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    Respuestas
    1. Quise decir que despues del 4 de Septiembre se conversaba que se modificaba de la propuesta de texto constitucional, viejo zorro.

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