El sentido común triunfa mientras los chilenos rechazan una nueva constitución

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@TheEconomist

los últimos tres años parecía que Chile , una de las economías más exitosas de América Latina, se tambaleaba decisivamente hacia la izquierda. En octubre de 2019, enormes protestas contra la desigualdad y los malos servicios públicos sacudieron la imagen del país como un remanso de estabilidad. Un año después, los chilenos votaron en un referéndum para que una convención electa reescribiera la constitución, que se redactó por primera vez bajo una dictadura militar en 1980, pero desde entonces ha sido enmendada casi 60 veces. Luego, en diciembre pasado, optaron por Gabriel Boric , un izquierdista barbudo y tatuado de 36 años, para ser su presidente en una coalición gobernante con el Partido Comunista.

Ahora parecen haber tenido suficiente. En referéndum el 4 de septiembre, el 62% de los votantes rechazó la constitución redactada por la convención ; ninguna de las 16 regiones de Chile lo aprobó. Las encuestas habían mostrado durante meses que la carta sería rechazada. Pero ninguno predijo un margen de 24 puntos. La magnitud de la derrota es un duro golpe para Boric, quien apoyó el proceso de redacción de la constitución.

Gran parte de la culpa de la derrota recae en la propia convención. Las elecciones para elegir a los 155 integrantes del organismo se realizaron en mayo del año pasado, cuando muchos votantes mayores se abstuvieron por la pandemia. La participación fue solo del 43%. Más de dos tercios de los elegidos eran independientes, muchos de ellos novatos en política y activistas de extrema izquierda.

Rápidamente alienaron al votante chileno promedio, que se identifica como centrista. Poco después de la votación, un miembro afirmó triunfalmente que la izquierda “va a hacer los grandes acuerdos, y todos los demás tendrán que unirse a nosotros”. El mantra desdeñoso afectó las posibilidades de la convención de ser vista como representativa. “La centroderecha ha representado entre el 40% y el 45% del electorado en Chile durante décadas; excluir a ese mundo fue un grave error”, dice Hernán Larraín, exlíder de uno de los partidos de centroderecha más grandes de Chile, quien también fue un miembro de la convención.

La convención también estuvo plagada de escándalos. El día que se convocó, miembros de la extrema izquierda gritaron sobre una orquesta que interpretaba el himno nacional. Unos meses más tarde, otro miembro de extrema izquierda se retiró después de que se supo que había mentido sobre tener cáncer, algo que había jugado durante su campaña electoral. Algunos miembros se presentaron con disfraces; uno votó desde la ducha y hubo que pedirle que apagara la cámara. “La gente pensaba: si los artistas son así, probablemente la obra también tendrá fallas importantes”, dice Cristián Valdivieso, director de Criteria, una empresa de encuestas. Esa opinión se reforzó cuando la semana previa al plebiscito, en un evento a favor de la nueva constitución en Valparaíso, la segunda ciudad más grande de Chile, a un drag queen le arrancaron la bandera nacional por el recto mientras sus compañeros de banda animaban a la audiencia a “abortar Chile”. ”.

El contenido del documento era igualmente escandaloso. Con 388 artículos y 170 páginas, habría sido una de las constituciones más largas del mundo . Consagró más de 100 derechos fundamentales, más que cualquier carta en el mundo. Los chilenos habrían disfrutado de derechos que van desde lo extraño, como alimentos "nutricionalmente completos" y "neurodiversidad", hasta lo preocupante, incluido un derecho sin restricciones para que los sindicatos hagan huelga.

También habría debilitado los derechos de propiedad, reemplazado el Senado por una cámara alta debilitada y creado territorios autónomos para los pueblos indígenas de Chile con sus propios sistemas de justicia. Los órganos electos y los órganos independientes del Estado, como la administración pública y el banco central, se habrían visto obligados a incluir mujeres en “al menos” el 50 % de los puestos de liderazgo. Los economistas estimaron que la implementación de la nueva constitución habría aumentado el gasto público entre un 9% y un 14% del PIB por año.

Ahora que el texto ha sido enterrado, las preguntas girarán en torno al destino de la coalición gobernante. La proporción de personas que dicen que desaprueban a Boric aumentó del 20 % en marzo, cuando asumió el cargo, al 56 % en la actualidad. Aunque su gobierno ha tratado de distanciarse en los últimos meses del trabajo de la convención, los dos todavía se consideraban estrechamente vinculados, dice Valdivieso. Los índices de aprobación de Boric cayeron en línea con una rápida caída en el apoyo al organismo.

Algunos de los problemas del gobierno pueden atribuirse a un mal momento. Chile está acosado por una inflación galopante como en el resto del mundo, y el crimen, que se ha convertido en la principal preocupación de los votantes, estaba aumentando antes de que Boric asumiera el poder. Pero la coalición, compuesta por jóvenes izquierdistas que se iniciaron en la política como manifestantes estudiantiles, también se ha mostrado torpe. En marzo, la ministra del Interior se vio obligada a huir cuando un grupo armado la recibió a tiros durante una visita al sur del país. Se había negado a ir acompañada por un séquito de seguridad.

El gobierno convocará al Congreso para definir los próximos pasos. Quiere convocar otra convención constitucional para tener una segunda oportunidad de escribir un borrador. Los políticos de la oposición intentarán dificultar la postulación de candidatos independientes y que el proceso dure solo seis meses en lugar de un año más. “No necesitamos empezar de cero. Fue el impulso de la convención de refundar el país lo que llevó al fracaso de este proceso y debemos evitar eso”, dice Javier Macaya, presidente de la Unión Democrática Independiente, el partido de derecha más grande de Chile.

También se espera una remodelación del gabinete. Saldrán los rostros más jóvenes que están más cerca de Boric y su partido, incluido el desafortunado ministro del Interior. Probablemente serán reemplazados por miembros de los partidos de centro-izquierda que han gobernado Chile durante la mayor parte de las últimas tres décadas y que llevaron al país a la prosperidad. Después de un año de incertidumbre, la suerte de Chile pronto podría revivir.

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El epitafio de estos tres años de surrealismo orconeano están llegando a su fin.

https://adyaner.blogspot.com/2022/08/insulza-ps-descarta-avanzar-en-una-sola.html

05 agosto, 2022

Son narcisos. Pero no excesivamente brillantes o carismáticos para hacer aliados, ni lo suficientemente fuertes para obligar obediencia por la fuerza. De hecho rompieron para todos los efectos los vínculos que tenían que usar para reafirmar el poder de una nueva constitución. En 5 meses. Tampoco creo que los del PC sean muy brillantes, ni hablar el FA. SI tienen las convicciones, la disciplina y el orden para ser muy sistemáticos y eficientes en sus planes. Pero no veo la forma en que triunfen en gran escala con este nivel de ejecución y de ejecutantes. Cada vez más creo que fueron una suma de rajazos compuestos que generaron la situación actual, no un plan brillantemente ejecutado. Y ahora se encuentran con la última chance que tienen para intentar eliminar el capitalismo burgués y acumular en el estado todos los medios productivos, o en una versión más soft, controlar a los privados vía impuestos y guidance al estilo stakeholders, donde finalmente el gobierno controla indirectamente todo, pero dando la impresión de que hay libre mercado y capitalismo.

Cada vez más creo que llegaron donde llegaron por una serie de rajazos consecutivos que aprovecharon dado el ambiente inicial de revuelta que hasta tal vez propiciaron en una probabilidad combinada de que todo saliera bien de uno en millón,

Acá llegó el 999.999 en un solo gran impacto tysonesco a la quijada de los narcisos.

Me cuesta creen en un proceso planificado dejando tantos cabos sueltos. Especialmente en tanto tiempo y con tantas variables incontroladas, como las FFAA´s.

Quedará para el recuerdo el origen. Y el término.

Curiosamente fue muy parecido, y en reversa el proceso de los activos chilenos en ambos casos.

Para el 18O, comenzó el movimiento dos semanas antes hacia abajo.

En este caso, igual, dos semanas antes, hacia arriba con la diferencia que este era un proceso fijo de fecha, alcance, ubicación e implicancias conocidas.

En esos términos, se cerró ayer ese ciclo. Casi tres años.

Los que tratan de mantenerlo van a hacer el loco. Nadie va a participar de esto en los términos anteriores. Todos saben lo que pesa el plebiscito de salida y lo que es capaz de generar la gente que con este plebiscito dejó claro que no le podría importar menos si se alarga, si amenazan con violencia o cualquier otra tontería. Si no son convencidos, van a rechazar, por masacre.

Lo que sea que salga ahora va a tener que ser profesional y de unión, con el consenso y diría casi poder de veto completo de la derecha y centro izquierda lo que garantiza que va a ser una constitución decente al menos, y con esta advertencia, muy probablemente buena y moderna de verdad.

Que increíbles años vivimos.

Fue surrealista.

Ahora vamos a volver al piso. No va a ser bonito, pero al menos será real.

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