“El Gobierno no toma el peso de que el problema de las isapres puede terminar en un nuevo Transantiago”

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@ElMercurio

Muy preocupada por el devenir de la democracia en Chile. Ese es el sentir que expresa la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei (UDI), al iniciar esta conversación, en la que recalca que cada vez más los países que decantan en regímenes autoritarios ya no lo hacen vía golpes de Estado, sino por personas elegidas que empiezan a horadar la democracia. “Es un resbalar que empieza con el lenguaje de descalificación, en que tú no reconoces al rival como alguien que tiene diversas ideas, sino que lo descalificas”, dice la figura política nuevamente mejor evaluada en la CEP (46%).

—¿Qué señales ha percibido?

—Ya hay encuestas que dicen que la gente valora menos la democracia, y antes otro estudio decía que la gente estaba dispuesta a sacrificar una serie de libertades para tener mayor seguridad ciudadana. Además, la falta de seguridad ciudadana, por el temor que causa, es un elemento que puede ser utilizado para horadar la democracia. Y el lenguaje extremo y la descalificación hace rato que se viene usando.

—La seguridad ha sido la materia de la que la ciudadanía más expresa preocupación. Y su sector acusó una incoherencia del Gobierno al entregar indultos. ¿Fue un disparo en los pies?

—La verdad es que es bien difícil entender cómo un gobierno se autoinflige tanto daño. Es de los errores no forzados más fuertes que me ha tocado ver. El Gobierno tenía que haber previsto que, siendo la principal preocupación de los chilenos, un acto como este no iba a ser bien recibido. No podía sino entender que esto significaba quitarle la alfombra debajo de los pies a la ministra Tohá. Pero si a ese error, que es más bien estratégico, le agregas los errores tácticos de cómo se hizo, de equivocarse en las formas, citar la ley equivocada… uno no entiende qué pasa por sus cabezas.

—¿A qué cree que responden esos errores?

—Es bien difícil saberlo, y no me parece que me corresponda suponer intenciones. Lo que sí, es que finalmente la responsabilidad final recae sobre el Presidente. Se está tratando de dejarlo fuera, porque obviamente tienen que saltar otros fusibles antes.

—Los indultos no han sido algo solo de este gobierno…

—Naturalmente. Es un tema complejo. Ahora, es bien distinto indultar a una persona que tiene ochenta años y que se está muriendo de cáncer, básicamente por la probabilidad de que pueda hacer daño nuevamente a la sociedad.

—¿Ve que imperó el ala más “octubrista” de las coaliciones de gobierno?

—No quiero aventurar qué gatilló esa decisión. Puede ser un convencimiento de que esa persona era inocente, un compromiso con la familia… nadie lo sabe. Lo que sí es impresionante es la magnitud del daño que se autoinfligieron y que infligieron al país, porque ha tenido consecuencias políticas graves.

—Se cayó la mesa de seguridad.

—Estoy convencida de que esa mesa de seguridad tiene que rehacerse de otra forma. Nadie entendería que no haya una mesa de un tema que demanda todo el mundo. Y así como hubo un grupo parlamentario que logró ponerse de acuerdo en materia constitucional, perfectamente podría formarse una mesa de parlamentarios de centroderecha, centro-centro y centroizquierda que pueda ponerse de acuerdo.

—¿Pero no vio como un error que la oposición se saliera de la mesa con el Ejecutivo?

—No. No le quedaba otra. Es imposible seguir sentado en una mesa con una disrupción tan grave como esa. Y el Presidente no podía no intuirlo.

—¿Se perdieron las confianzas?

—Mire, usted lo puede poner como confianza; otros, como un tema estético. Pero cuando a alguien le patean la mesa, es difícil seguir sentado ahí. Lo cual no significa que uno no ponga una mesa al lado y siga trabajando en el tema de fondo.

—¿Había percibido un cambio de actitud con la ministra Tohá?

—No lo sé. Tengo la impresión de que ella fue tan sorprendida como el resto de los chilenos y quedó sin piso, por lo menos en esto y durante un tiempo.

—La oposición presentó dos acusaciones constitucionales. ¿No choca eso con la idea de ser una oposición constructiva?

—A ver, hay una que fue presentada por Republicanos (a Giorgio Jackson) y otra por Chile Vamos (a Marcela Ríos). Hay personas que señalan que el tema de las acusaciones constitucionales es bastante complejo, y yo eso lo comparto. La ruta de las acusaciones son diques que se abren y que después permanecen abiertos. La pregunta está en si a esta altura se puede cerrar ese dique o si llegó para quedarse. Y hay muchos que creen que la caja de Pandora ya se abrió.

—¿No cree que esta oposición debe no caer en esa forma de hacer política?

—Ahí hay una discusión. Hay muchos que creen que ya no es posible cerrarla. Yo no estoy en el Congreso, me cuesta juzgar desde donde estoy. Pero creo que todo este tema de las acusaciones es otra forma más de ir horadando la democracia.

—¿Se equivoca entonces Chile Vamos al presentar esta acusación?

—Hasta ahora, la coalición ha presentado una. Tengo la impresión de que Chile Vamos finalmente se quedó sin la posibilidad de no presentarla dado el festival de errores que cometió el Gobierno. Y para mí, lo esencialmente grave es que el Presidente haya sostenido públicamente que el Poder Judicial hizo mal la pega y que un indultado era inocente. Eso es un ataque a la esencia de uno de los principios democráticos. Y tengo la impresión de que a la oposición no le queda sino hacer la acusación, y la verdad es que están siendo blandos al hacerlo contra la ministra y no contra el Presidente. La oposición actual ha sido infinitamente más responsable con el país que lo que fueron ellos cuando eran oposición. Si el presidente Piñera hubiera dicho algo como lo que dijo el Presidente Boric, lo cuelgan en la plaza pública.

—¿Por qué dice que el Gobierno está dejando caer a las isapres?

—A ver, las isapres ya financieramente no son viables, no hay vuelta atrás y van a quebrar sí o sí. Lo que no se sabe es cuándo, y los síntomas ya se están dando. El Gobierno pudo haberse preocupado de la crisis sanitaria que viene, no lo hizo a tiempo y a esta altura ya es tarde. La única forma de evitarlo ahora es con legislación. Me da la impresión de que nadie está entendiendo lo que esto significa. Cuando quiebre la primera, vamos a tener a los matinales llenos de personas que están con quimio o radioterapia y que no saben quién los van a atender.

En nuestro caso, en Providencia, tenemos una lista de espera de 8.500 personas para hospitales. Tenemos 45 médicos, tendríamos que subir a 112. De odontólogos, de 16 a 40; enfermeras, de 39 a 97. Dígame, ¿dónde los pongo? ¿En qué edificio? ¿Con qué plata? Cuando esas personas vengan a golpear acá, yo voy a decir que es culpa de La Moneda. No ha aquilatado el Gobierno lo que va a ser tener todos los matinales con personas que no saben dónde las atenderán. Tampoco el efecto político y electoral. Si la primera isapre cae antes de las elecciones de mayo, los efectos pueden ser no calculados, por lo tanto, incluso en la nueva Constitución.

—¿Hay una mirada ideológica del Gobierno?

—Mire, no sé si es por una mirada ideológica, o porque no saben leer un estado de resultado o no tienen idea de finanzas. No lo sé. Tengo la impresión de que creen que las isapres pueden durar tres años más y dejar el cacho al próximo gobierno.

—El presidente de Convergencia Social, Diego Ibáñez, dijo que culpar al Gobierno es un montaje, y que la Suprema está aplicando la tabla de factores creada por la Superintendencia que viene del anterior gobierno.

—No me cabe duda que eso lo van a decir a coro. Pero la gente va a agolparse frente a La Moneda igual. El Gobierno no está tomando el peso de que esto puede ser un nuevo Transantiago. Y eso no lo diseñó la presidenta Bachelet, le tocó implementarlo. Y así es la vida.

Proceso constitucional

—Esta semana se despachó la reforma que habilita un nuevo proceso constitucional. ¿Cuánta probabilidad de éxito le asigna?

—Más de un 60% de los chilenos quiere una nueva Constitución, aunque hay que señalar que en este momento una nueva Constitución no es de los temas que más apremian a los chilenos. Y cuando quiebren las isapres, probablemente va a bajar un escalón o dos más. De tal manera que, a mi juicio, es un tema que hay que cerrar con mucha sensatez. Tengo la impresión de que las fuerzas democráticas van a ponerse de acuerdo en algo sensato. Pero tengamos claro que si no se abordan las urgencias de la ciudadanía, el tema constitucional puede quedar bastante sepultado.

—Los máximos dirigentes de Chile Vamos parecieron pagar el costo de impulsar este nuevo proceso, ante el propio electorado del sector...

—Cuando Israel hizo un acuerdo de paz con Egipto, mataron al Primer Ministro de Israel. Llegar a acuerdos requiere de mucho coraje. Siempre hay alguien que te va a acusar de vendido, de vendepatria. Y por eso es que es tan difícil llegar a acuerdos. Yo lo vi con mi padre, cómo le gritaban traidor, porque resulta que le había dado la mano al presidente Aylwin. Diez o quince años después, eso se revierte.

—¿Se requiere replicar a las fuerzas del Rechazo en una única lista para la elección de consejeros?

—Lo ideal sería replicar la fuerza del Rechazo en una lista. Esa es la mejor forma de asegurar un muy buen resultado electoral. Por otra parte, uno también requiere de una unidad de propósito. ¿Estamos de acuerdo en que queremos avanzar en una Constitución que nos permita ir convirtiéndonos en un país en que es posible dialogar, o vamos a seguir en una senda de autodestrucción donde nos vamos de un extremo a otro cada vez que haya elecciones? Eso es lo que está en juego. El tema es si una lista única va a ser posible o no, y eso tiene mucho que ver con si usted quiere que se apruebe una nueva Constitución o no.

—Si se replican las fuerzas del Rechazo, hay un partido que ya no apoyó este nuevo proceso...

—Vamos a ver qué tipo de personas propone el Partido Republicano como expertos. Si van a ser expertos que se van a oponer a todo, o si van a tratar de tener una nueva Constitución, pero buena.

—¿Cómo toma que vuelva a aparecer como la mejor posicionada en la encuesta CEP? Algunos sectores creen que puede ser un liderazgo proyectable.

—Falta demasiado tiempo y creo que uno se equivoca cuando en las encuestas se concentran en quiénes son los mejores o peores evaluados. A mí lo que me preocupa es más bien la cifra de la valoración de la democracia. Esos son los temas que deberíamos estar hablando entre todas las fuerzas democráticas.

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No están ni ahí…

Que parte?…

Coincido en que es difícil saber porqué no están ni ahí.

Por ignorancia, por ideología, por torpeza, todas las anteriores…

Lo cierto es que cuando caigan las Isapres, porque igualmente coincido en que eso es un hecho de la causa, va a ser un tsunami de puteadas hacia el gobierno, y todos lo van a apuntar. Eso es obvio. Da lo mismo que intenten apuntar, como es su costumbre, a otros.

No coincido en que esto será un nuevo Transantiago. No es equivalente un aumento de tiempos de transporte de un porcentaje de la población de la RM con no poder atenderte para una enfermedad en todo el país. Es infinitamente peor, y probablemente detone protestas muy agresivas.

Los efectos políticos de que estos narcisos colapsen simultáneamente los sistemas de salud público y privado, que es una hazaña MAGNA de incompetencia absoluta que quedará en los libros de historia en la forma de…como tan huevones?…estarán por verse, pero no serán lindos. Para nadie.

Ojalá hayan entrado a este periodo en la mejor forma física posible para intentar no ocupar los sistemas de salud, o lo menos posible.

De todas maneras, creo que intuyen que ya son muertos políticos andantes y en realidad van a ir por la mayor cantidad de cosas que dijeron que iban a hacer y que les permitan hacer el resto de los políticos.

Vamos a tener que reconstruir el daño que hagan estos giles. Pero no es ni remotamente tan grave como el que hubiesen destruido completamente la institucionalidad del país y las bases que nos unen.

Esto será como el post terremoto, con más puteadas, y no tanto optimismo obviamente. Más bien resignación y aceptación de que es nuestra culpa por la farra de 3 años de flaiterío, y 4 años de pendejadas, y hay que arreglarlo. Dejamos que pendejos con pataletas revolucionarias disfrazados de adultos destruyeran el país. Nada de que quejarse. OUR OWN FAULT…

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