No cabe discutir la facultad del Presidente de indultar —es decir, eximir de la pena que le había sido impuesta— a un condenado. No cabe duda de que el Presidente ejerció una facultad suya cuando decidió indultar a 13 personas condenadas por delitos cometidos en el marco del estallido y a otra culpable de haber participado en el asalto a un banco.
Pero si no cabe discutir la facultad que el Presidente posee, sí es perfectamente posible, y cívicamente sano, revisar los fundamentos de esa decisión suya. Después de todo, que el Presidente tenga la facultad de hacer algo, no quiere decir que pueda hacerlo de cualquier forma o por cualquier motivo.
Para llevar a cabo esa labor de escrutinio, sin embargo, es imprescindible que el Presidente haga saber las razones que inspiran esa decisión suya.
Hasta ahora, el Presidente dijo algo críptico, o sea, no dijo nada. Lo hice por el bien de Chile —expresó—. La frase no da explicaciones; invita a preguntar por ellas: ¿En qué consiste el bien de que habla?, ¿de qué forma condonar los delitos lo favorece?
Estuvo algo mejor la ministra Vallejo. Ella dijo que nadie debiera sorprenderse por el indulto, puesto que se trataba de una promesa, de una palabra empeñada que no cabía defraudar. Pero como es obvio que hay promesas erróneas, la razón dada por la ministra no parece suficiente. Si usted promete estafar al vecino sería absurdo decir que es correcto que lo haga porque prometió hacerlo.
De más interés son las otras razones que se han dado a conocer. Se ha dicho que el grupo de personas indultadas pertenece a un “grupo históricamente vulnerado en sus derechos, especialmente los sociales, económicos y culturales”, en suma, personas que han padecido pobreza y exclusión, personas que cuando niños “no tuvieron la protección del Estado y hoy requieren reinsertarse socialmente”.
Esa razón que se ha formulado admite dos interpretaciones.
Una de ellas consiste en sostener que, en realidad, atendido el maltrato histórico que padecieron, no son victimarios sino víctimas necesitadas de reparación. El indulto sería una forma de reparar el mal que padecieron, que no fue la cárcel, sino la vulneración de sus derechos en el pasado. La otra interpretación consiste en sostener que ellos en realidad no delinquieron, sino que, como hojas sacudidas por el viento de una estructura social injusta, fueron movidos a cometer esos delitos.
El problema es que ambas explicaciones o fundamentaciones del indulto deterioran la dignidad de las personas.
Desde luego, si se dice que se las indulta porque bien mirado se trata de víctimas a las que el Estado vulneró sus derechos en el pasado (lo que explicaría que delinquieran en el presente), se está configurando una excusa para infringir la ley que otras muchas personas podrían hoy día mismo esgrimir. Hay miles y miles de personas que en su infancia y adolescencia no gozaron de “derechos económicos, sociales y culturales”, ¿habrá que enseñar a esas personas que si delinquen están excusadas porque en realidad, y a pesar de las apariencias, cuando ejercen violencia no son victimarios sino víctimas? ¿Qué padre de familia maltratado por la estructura social enseñaría eso a sus hijos? ¿No es justamente esa convicción la que llevó a justificar la violencia de octubre? Y siendo así, ¿no se comete un error al reafirmarla?
La otra explicación es todavía peor. Porque suprime la dignidad de los indultados.
Si se afirma que ellos delinquieron movidos por la injusticia estructural, entonces no se les está tratando como agentes de su propia conducta, sino como simple objeto de las circunstancias. Equivale a decirles que se los indulta porque lo que hicieron no lo hicieron ellos, sino la estructura. Pero eso bien mirado es casi ofensivo para los indultados que alguna vez fueron tratados como héroes. Es probable que todas las personas que fueron detenidas o condenadas (y ahora indultadas) sientan que fueron ellas las que decidieron cometer los actos por los que se las sancionó y deben creer, además, que tenían buenas razones, políticas o de otra índole, para hacerlo. Es bien difícil que ellas aceptaran que se les diga ahora que se las indulta porque en realidad, obnubiladas por la injusticia, no sabían lo que hacían.
Todas la explicaciones ensayadas revelan el paternalismo inconfesado que el Presidente Boric posee respecto de los sectores populares, ese paternalismo que hace al joven burgués (aunque el Presidente ya no es joven) sentirse bien y solidario. Pero el revés del paternalismo siempre es el desprecio, la subvaloración del otro, la negación de su carácter de persona que se autogobierna.
Por eso sería mejor decir que se indulta a esos jóvenes por razones puramente políticas, porque se considera que hicieron algo que juzgado por los resultados resultó, en opinión del Gobierno, bueno, en vez de tratarlos como pobres de solemnidad, marionetas maltratadas movidas a cometer delitos.
Pero claro, decir la verdad, confesar la motivación política del acto, no estaría a la altura del paternalismo bienhechor con que el Presidente gusta vestirse, ni de la utilidad que se espera de este tipo de actos.
Me parece que es bastante más simple.
Esta gente es narcisa. Van a tirar bajo los caballos a cualquiera que se interponga en su camino.
Si los indultan, es porque son capaces de destapar mierda que mandaría a alguien muy relevante y conectado a todas los círculos de poder actuales del gobierno, al octavo infierno del Dante político. O provocar un daño de imagen del estilo.
Creo que un ex convencional estaba diciendo eso, y sin saber el detalle o si es ese plot exacto, coincido en el concepto general de que están liberando a estos giles simplemente para evitarse problemas mayores, no por convicción.
No creo que existan más argumentos que el beneficio personal del presidente en hacerlo.
Y tampoco entiendo que sigan atribuyendo cualidades presidenciales a este pendejo mental.
Van a la vela, improvisando en la medida en que las cagadas se van presentando.
Al menos Peña reconoce algo obvio. NO SON JÓVENES. No tienen el derecho de apuntar a eso como base de errores.
Son unos bolas peludas que se mandan puras cagadas por incompetencia primero, falta de planificación después, y completo desinterés al final del día en hacer cosas presidenciales o de gobierno en favor de la gente. NO ESTÁN NI AHÍ.
Son unos pendejos malcriados a los que dejaron solos en una sala de cumpleaños llena de chocolates y ahora que los adultos les están pidiendo cuentas de los desastres que provocaron y las mentiras con las cuáles las justificaron, están haciendo berrinches y pataleos para ver si pueden sacárselas con eso.
NOT GONNA HAPPEN.
El tiempo de las pataletas y el alcahueteo a pendejos gritones y mal criados, actitudes que fueron confundidas con carácter y determinación en su momento por más de alguno del periodismo y políticos, se terminó.
De hecho en el 4S.
Todos ven a través de ellos de manera transparente ahora.
No hay carácter. No hay determinación. Solo berrinches que les ganaron el voto de otros pendejos llorones con berrinches.
Ahora que los adultos votaron, IT IS OVER.
Antes del primer viaje a USA de Boric creía que estos pasteles de verdad creían que todo es un constructo social y que por ende todo los problemas de delincuencia y demás conductas antisociales se debe a la desigualdad, que es la pendejadas que siempre cuentan como argumento. O de las tonterías verdes o de género.
Ahora creo que simplemente se están riendo de todos nosotros. No son tan inteligentes como para estructurar en sus cabezas huecas teorías marxistas, socialistas o postmodernistas complejas. O eres lo suficientemente inteligente, y por ende soberbio, para comprar las huevadas marxistas controladoras y caer en ellas, como suele ocurrir con la academia, o las usas para controlar a otros más tontos.
Estos pendejos se deben reír ida y vuelta de lo ahuevonado que es todo el resto para comprarles sus tonterías.
De hecho no lo deben creer. Deben pensar que meterle el dedo en la boca a TODO un país es pan comido.
Solo basta hablar en jerigonza progre sobre la igualdah y los dereshos y hacerse los lindos, y rebeldes virtuosos, para que todo sea perdonado y olvidado.
Tal como lo harían pendejos mal criados bonitos. Mandarse cagadas y hacer berrinches para después colocar cara de angelitos y hablar como guaguas…
Awwwwhh… no pueden ser malos con esas caritas de angelitos…
No es culpa de ellos, es del sistema¡¡¡ Como he escuchado a algunos padres últimamente. No son malcriados¡¡…no los puedes retar¡¡¡ son neurodiversos¡¡¡…
Y lo peor es que creen esas pendejadas dañando de por vida a los niños.
Fuck…
En fin.
Estos pendejos mentales malcriados manipularon a un país completo como lo hacen pendejos de verdad con padres alcahuetes.
La gran diferencia es que no son pendejos, no son bonitos, y no somos sus padres para tener que aguantarles sus cagadas malcriadas berrinchescas.
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lo más acertado es la referencia al cumpleaños ..... desastre total
ResponderEliminar@nónimo/Demócrito:
ResponderEliminarCon esto queda claro que el problema de Chile es el Estado de Derecho y que este no se cumple (...) lo que da una pésima señal
Además que, en esta pasada, es muy probable (ya que estamos en zona de especulación) que al mismo Boric lo hayan engañado (impunemente) uno de los abogados de parte interesada...saltándose la institucionalidad vigente
quien sabe, lo que revela que Boric es susceptible de manipulación burda y que tiene visión de túnel...
se parece al caso de Lula en Brasil, no ? por algo será