@ElMercurio
Su caminar es más pausado. Su tono al hablar es un poco más bajo que el que tenía cuando era Presidente.
Sin embargo, a sus 85 años, Lagos sigue siendo Lagos.
Es lo que parecen pensar los presentes en el salón de honor de la Universidad Católica cuando, el jueves de la semana pasada, tomó la palabra para participar en el ciclo “Seminarios presidenciales Clapes UC: Chile 2050”.
Por momentos la audiencia parece hipnotizada. Hasta que, de pronto, todos pegan un respingo cuando el exmandatario sube el volumen y dice “¡Peleando así no vamos a avanzar nunca! ¡No, señor!”, con su famoso dedo en ristre.
Con eso, Ricardo Lagos Escobar se refiere a la política y la sociedad chilena. Al país en general, que ve enfrentado por temas que “no son los más importantes”, según cuenta en esta entrevista con “El Mercurio”.
¿Cómo dejar de pelear? Para él, la clave está en establecer temas, acuerdos concretos, sobre los cuales se pueden llegar a puntos en común.
“¿Por qué, en vez de discutir si el Estado o el mercado distribuyen bien o mal los recursos, no discutimos cuáles son las acciones concretas que el Estado o el privado pueden hacer pronto para salir de este maremágnum? Lo mejor ahora es ponernos tareas específicas que estén al alcance de la mano”, dice.
Para esto tiene ejemplos.
“Los estudios del puente sobre el canal de Chacao están listos. Completos. Entonces pongamos esa carpeta arriba del resto de las medidas, porque va a significar un cambio en la forma de ver Chile continental, que hoy llega hasta el mismo lugar hasta el que llegaba en 1916. Se incorporaría un gran capital a Chile”, explica.
En su opinión, otros temas con la misma característica serían la producción de hidrógeno verde y la explotación del litio. “Podemos tener hidrógeno verde al alcance de la mano. Y podemos producir cobre verde. Chile debe ser el primer país en tener cobre verde debidamente. Es una mirada que nos pone en otro pie de acá al 2030”. Agrega que “en el tema del litio, hay que hacer una política de exportación concordada con los países limítrofes, para ponernos de acuerdo”.
—¿Cree que estos temas pueden unir al país, más que dividir?
—Por supuesto. En estos temas no se distingue entre izquierda y derecha, entre gobierno y oposición. Acá converge una posición de Chile, de todos. Es una buena forma de mirar el futuro, en este país en el que estamos tan perdidos.
“Estos son temas que están ahí, más allá de lo que uno piense del plebiscito, de la Constitución, o qué sé yo. A lo mejor es una forma de que nos podamos reencontrar y no nos hablemos con tanto odio uno al otro”.
—En el seminario de Clapes UC, una de las expositoras dijo que Chile “falló” en su camino al desarrollo. ¿Cree Ud. eso?
—No es un problema de fracasar o no. Algunas experiencias han sido más difíciles que otras, pero son experiencias que han sido aceptadas por la ciudadanía chilena. Aceptadas por los instrumentos a mano en ese momento.
“Un ejemplo es lo que pasó con la Convención Constitucional pasada, que fue rechazada por esa gran mayoría. Sin duda fue un fracaso, pero como consecuencia aprendimos. Y ahí están las lecciones: en los 24 expertos, en la comisión de admisibilidad que creó el Poder Legislativo”.
—Precisamente sobre eso, ¿la Constitución no es también un tema que debiera unir a los chilenos?
—Claro. El proceso actual es un punto de partida aprendido del fracaso anterior. Y por eso establecimos ciertas coordenadas. Es un avance tomar resguardos como se hizo.
—¿En qué tipo de Estado cree Ud.?, ¿qué le gustaría ver en la nueva propuesta de Constitución?
—Lo importante es que un Estado moderno debe tener los instrumentos. No hay que hacer esas declaraciones a priori, me parece muy absurdo. Yo simplemente soy partidario de un Estado que sea eficiente al servicio de los ciudadanos. A veces tenemos demasiada discusión teórica entre los conceptos de Estado activo o subsidiario. Pero son los hechos los que constituyen la respuesta.
—Pero ¿está de acuerdo con el concepto de Estado social?
—Es que ya se resolvió por unanimidad lo del Estado social. Habrá distintas visiones, pero la Constitución tendrá como motivo inspirador el Estado social de derecho.
—“Peleando no avanzamos”, dijo, pero ¿por qué el país está peleado?
—Creo que es porque hemos ido lentamente justificando un tipo de comportamiento. Un tipo de discusión en la que se impone la frase: “Yo tengo la verdad y Ud. no”.
“Hay que tener cuidado con aquello. Mi verdad termina cuando comienza la suya. Y en consecuencia, si la quiero imponer por la fuerza, quiere decir que no estoy procediendo adecuadamente. ¿En qué momento usa la fuerza, la inconducta? Eso no puede ser, debe haber un límite. El que yo quiera imponer mi verdad a como dé lugar no es correcto”.
—¿Cree que este gobierno, el Presidente, ha marcado bien ese límite?
—Ha sido cuidadoso cuando ha definido, por ejemplo, que algunos regímenes son dictatoriales. Como el de Venezuela. Esa es una actitud valiosa por parte de él. Aunque queda mucho camino por avanzar.
—Una de las frases más características de su gobierno es cuando dijo que “en Chile las instituciones funcionan”. ¿Aún es así?
—El problema no es que no funcionen, sino que no las obedecen, no las respetan. Hay una ciudadanía que cree que puede hacer cosas al margen de aquello, y eso es inaceptable. Querer imponerse por la fuerza es inaceptable. Entonces, lo que falla es el respeto a las instituciones. Eso no quiere decir que funcionen perfectamente, pero son las reglas que hay y es importante entender. Otra cosa es encontrar consensos.
“Otro tema es que los líderes políticos deben dar el ejemplo. Los que quieren imponer por la fuerza sus ideas hacen un flaco favor a la sociedad, especialmente si tienen cargos de representación popular”.
—En esta línea, ¿hay riesgo de populismos, posiciones extremas en la política chilena? ¿Cómo quedan las tendencias más moderadas después de las últimas elecciones?
—Hay momentos de mayor beligerancia, pero a la larga en Chile la sensatez se impone. Ahora tenemos que asegurarnos de que vamos a hacer una Constitución de tales características, que pase por el test de salida de diciembre. No podemos volver a fallar. La responsabilidad está en todos nosotros.
“Las isapres son importantes”
Otro de los temas que preocupan al expresidente es el debate sobre el sistema de salud, para el cual, según reflexiona, se debiera considerar la experiencia de su gobierno con el plan Auge.
“El Auge es un buen ejemplo, porque es para todos, tanto para los beneficiarios de Fonasa como para los de las isapres. Nos basamos en que el Estado y los privados deben funcionar juntos, tener beneficios idénticos. Esto fue lo que armó todo, porque no podíamos hacer un Auge para unos y no para otros, porque en salud usted no debe discriminar entre ricos y pobres. Claro que de todas formas se produjo un efecto en la salud privada, que bajó de tener un 25% de los afiliados a un 15%”.
—Entonces, para Ud. las isapres eran necesarias en el sistema de salud…
—Por supuesto. Más que necesarias.
—¿Y ahora?, ¿lo son?
—Por supuesto que son importantes. Pero se deben dar cuenta de que si quieren subsistir, deben cambiar la forma en que funcionan.
“De todas formas, se debe reconocer, del trabajo que hicimos, que no distinguir entre públicos y privados es fundamental, tratándose de la salud”.
—¿Y sobre las pensiones? ¿Cuál es el debate que cree que debiera imponerse a futuro?
—Incluso Bismark, el más conservador de los cancilleres alemanes, se dio cuenta de que había que hacer un sistema de reparto. Los que estaban trabajando deben financiar a los que estaban jubilados. Punto. Así es la cosa.
—El tema de la violencia se ha tomado la agenda, incluso beneficiando el triunfo de los republicanos en la pasada elección de consejeros. ¿Ve muy alejadas las posiciones de la derecha y la izquierda en esto?
—Creo que en ese tema también se puede debatir. Un buen ejemplo es la discusión que se produjo con motivo de la interpelación a la ministra Carolina Tohá. Ahí las posiciones y las medidas quedaron bastante claras.
“Claro que ahí yo tengo mi corazoncito. Carolina estuvo muy bien. Dio la impresión de que nació como ministra del Interior, con todas las cosas que sabe. Lo manejó muy bien. Creo que la situación está mejorando porque Carolina ha hecho un trabajo como pocos ministros. Lo digo basado en la seguridad con que habla de lo que está haciendo y sobre por qué lo está haciendo. Así hay que discutir en el área de seguridad. De otra forma, vamos a seguir hablando de si las razas son galgos o podencos. Y eso no es importante”.
—Los expertos coinciden en que la educación —área que Ud. conoce muy bien— está en crisis. ¿Qué temas le preocupan más en esta materia?
—Además de que hay grandes problemas en la calidad, hay algo que me inquieta mucho sobre el tema del CAE. Cuando se hizo esa ley, yo estipulé específicamente que se debía garantizar, además, la empleabilidad de las personas postulantes. Que pudieran tener empleo para después pagar el crédito. ¿Y me puede creer que ese criterio nunca se ha usado? Jamás, y me parece gravísimo. Incluso al principio me permití llamar a algunos ministros de Educación para comentarles, pero nada ha pasado.
“¿Cuántos de los muchachos que no pagan sus créditos fiscales es porque están cesantes? ¿Y lo están porque nunca se les dijo que no había opciones de empleo en lo que estudiaron? El muchacho a lo mejor estudió, pero tiene un cartón que no le permite emplearse. No es indiferente abrir una carrera y no preguntarse si los estudiantes se van a poder emplear. El Estado es responsable porque no solo debe responder sobre la seriedad de los títulos y grados que se imparten, o sobre quiénes son el cuerpo de profesores y exigencias académicas. También debe hacerlo por las opciones de empleo. No es un tema menor, pero hasta ahora no se ha exigido pese a que está en la ley. Yo la dejé hecha. No quiere decir que sea perfecta, pero es lo menos que se puede pedir”.
—¿Y qué opina de la violencia en los liceos emblemáticos?
—En la educación se juega el futuro de los niños y jóvenes y por ello se deben tomar más resguardos. El Estado no puede ser indiferente. No es que esté criticando si los estudiantes salen o no a la calle, pero el Estado debe saber imponerse. La educación es algo demasiado serio como para que la puedan manejar los que creen tener derecho a tener cualquier cosa solo porque son estudiantes.
—¿Le duele lo que pasa en el Instituto Nacional?
—Me duele, sin duda alguna. Se aplica perfectamente la frase bíblica “perdónalos, señor, porque no saben lo que hacen”.
“Yo estoy de acuerdo en que cuando se es joven uno tiende a ser rebelde. Yo participé activamente en las actividades de los alumnos del Instituto. Queríamos hacer la revolución, sin duda. Pero lo de hoy me duele mucho. Tienen que compatibilizarse el rol de los jóvenes y el rol del principio de autoridad para poder tener orden. Esas cosas deben ir de la mano”.
“No me siento con ganas de pontificar”
—A propósito de la ministra Tohá, ¿cómo puede influir su partido, el partido de ambos, PPD, en todas estas discusiones, considerando el momento por el que pasa?
—No he querido entrar en ese debate. Lo veo tan chato. Es obvio que tiene que haber una convergencia hacia el Socialismo Democrático y que se están pagando los pecados de cosas que no se hicieron en su momento, como fue no hacer un solo partido socialdemócrata. Estamos dilapidando un capital histórico del cual debemos estar orgullosos. En su momento no hicimos las cosas y ahora las tenemos que hacer.
“Pero todo esto es muy anticuado. Si me pregunta cómo se hace un socialismo democrático en este continente, la verdad es que no me siento con ganas de pontificar. Hace mucho tiempo que dejé de hacerlo. Hoy lo importante es tratar de explicar la evolución del país. Ha sido muy grande y no nos damos cuenta. Es cierto que hay muchas cosas que mejorar, pero hay que entender por qué Chile llegó a tener una posición de liderazgo claro y definido en materia de relaciones internacionales. Entendiendo podemos superar los problemas de hoy”.
—¿Cómo cree que se debe abordar la conmemoración de los 50 años del Golpe?
—Para mí, la forma de conmemorar los 50 años es mirar al futuro. Es el camino.
“Creo que una de las lecciones que se puede sacar es que los extremos son siempre negativos. Pero, como reflexión, quiero decir una cosa: el Presidente Allende murió en La Moneda porque era un demócrata. En su gobierno había democracia. Seguramente había gente que hacía locuras, pero el Estado de Chile funcionaba. Y por eso, para mí, las credenciales democráticas de Allende no están en cuestión”.
“Hay que tener comprensión con México”
—Esta semana, el Presidente Boric asistirá a una reunión para restaurar Unasur. Ud. siempre abogó por un bloque que incluyera a México, ¿qué le parece la idea?
—A mí me tocó vivir un tiempo donde todos hablábamos para buscar consensos. Eso no se ve hoy y es un gran error. Sobre México, lo importante es conocer las realidades. Cuando un país tiene 3.500 km de frontera con Estados Unidos, como es el caso de México, su relación con el mundo es distinta a la mía. Es una obviedad. Por eso, hay que tener mucha comprensión con lo que haga el Presidente de México. Pero, por otra parte, es importante mirar a América Latina, donde entre todos somos el 9% de la población mundial, y si no hablamos todos con una sola voz, nadie nos va a escuchar.
Le faltó la parte en que la jubilación, Bismarck, la fijó en los 70 años y la esperanza de vida era 60 años...
Después de su muerte, en la revolución comunista en Alemania con el SPD a cargo, bajó a 65 años la edad de jubilación entre otras menudencias comunistas, of course.
Todos los viejos políticos me están decepcionando completamente en esta pasada post octubrismo. No parecen ser capaces de reconocer que la cagaron dándole el paso a estos pendejos flaites en el poder, y derechamente siendo auto condescendientes con ese enorme error que casi nos cuesta el país.
Nos salvó la gente de a pie. Esa que nunca vota porque no tiene tiempo o interés en las huevadas de los políticos.
No le veo ningún liderazgo de nada a Lagos a esta altura, obviamente. Pero esperaría más del que supuestamente es el mejor político y de más alto nivel que nos queda. No es capaz de establecer lo obvio en el IN, que se arruinó porque eliminaron la selección?...
Se volvieron todos los de izquierda a sus pendejadas sesenteras americanistas? TODOS?... No evolucionaron absolutamente nada en estos años que tuvieron la posibilidad de ver en vivo y en directo como funciona el libre mercado en relación a sus huevadas pasadas a naftalina?
Ya tomó bando. Claramente. Y tomó el bando sesentero de los narcisos, resumido en la frase para el bronce de seguramente había gente que hacía locuras, pero el estado de chile funcionaba...
yeah...right...tanto, que se produjo un golpe de estado...seguido por todas las ramas de las FFAA´s y en el plebiscito de salida fue 45/55 para prolongar una dictadura.
Está en sus plenos sentidos, so...esto es realmente lo que piensa. Es un socialista al core que se adaptó a los tiempos, y cuando vieron, o pensaron, que el país finalmente había entrado en razón de lo obvio y avanzado que es el socialismo sesentero y adoptado sus huevadas, se les calentó el h...
Estos pendejos son los boybands que necesitábamos¡¡¡...Esa es finalmente la doble alma del gobierno. Los viejos de mierda añejos anhelando hacer lo que están haciendo ahora los narcisos pero no pudiendo renegar de su pasado como administradores adultos del país. No por nada en el lobby de acceso al PPD hay una fotografía gigante de Allende.
Los devolvieron de una patada en las boles a la tierra. Chile no es marxista ni comunista ni progre americanista capitan planetario. Es conservador y muy nacionalista en esencia. Es lo que tampoco entendió Piñera que se creyó el cuento de la influencia americanista y mundial que le cayó como patada en las boles a todos igualmente. WE DONT GIVE A FUCK...nos interesa nuestro país y nuestro bienestar. Nuestras costumbres y tradiciones. Es nuestro aservo. Siempre estuvimos aislados del mundo. Y salvo pequeñas olas de inmigración, siempre fuimos nosotros contra el mundo. Esa es nuestra personalidad. Chato de estos giles que se dan las ínfulas de líderes mundiales que son las que tiene el gil que está ahora en la moneda. Que se preocupen de hacer las cosas bien en el país primero, y aprender a meterse la camisa en el pantalón, antes de pontificar huevadas afuera. Al menos Ricardo Lagos tiene la trayectoria como para presentarse como líder mundial. Lástima que no lo use de una manera constructiva pero principalmente jugada para contener el caos que están generando sus benjamines políticos. Porque finalmente son su creación y de toda la izquierda, es lo que les habría gustado ser y hacer. Se les sale por todos los poros. Lo pudieron ocultar por 50 años. NOT ANYMORE...