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La Moneda estaba decidida y nada cambiaría su agenda: ayer era el día en que el Congreso daría el sí definitivo al emblemático proyecto que termina con el lucro, el copago y la selección en los colegios subvencionados.
De ahí el despliegue del gobierno en un último e intenso lobby político para alinear a sus diputados en la aprobación en Sala de todas las modificaciones que le hicieron los senadores a la iniciativa, con el objetivo de evitar una comisión mixta por desacuerdo entre ambas cámaras.
Se anticipaba una votación estrecha. ¿El punto que evitaba cantar una victoria anticipada? Que los liceos emblemáticos puedan seleccionar sólo al 30% de sus alumnos, de entre el 20% con mejor rendimiento académico de cada colegio. Eran 65 los votos necesarios para aprobar esa aspecto de la normativa, ya que por modificar la Ley General de Educación requería de quórum calificado. Así minutos antes de que se iniciara el sufragio, el gobierno contaba con los votos y apostaba a que ningún parlamentario cambiara de opinión a último minuto.
Aunque desde la DC, diputados como Fuad Chahín levantaban críticas a la fórmula definida por el Senado, el grueso de posibles rechazos o abstenciones a esa indicación se concentraban en el PPD. Sin embargo, hubo un punto de inflexión que habría sido clave para lograr, finalmente, el respaldo de la Nueva Mayoría en la aprobación de este punto: un compromiso explícito por parte del Mineduc para volver a discutir los procesos de admisión a los establecimientos emblemáticos en una futura ley que sería enviada este mismo año.
El trabajo de La Moneda comenzó a primera hora. Al comité político de Palacio fueron convocados, de manera excepcional, los miembros de la Comisión de Educación de la Cámara y los jefes de bancada, quienes recibieron la instrucción de asegurar los votos de sus respectivos partidos. Así al medio día y desde Palacio, los parlamentarios de la coalición se trasladaron al Congreso, en Valparaíso, para votar, y los ministros, para presenciar un sufragio decidor y seguir coordinando a los partidos oficialistas hasta el último minuto. De hecho, al almuerzo de la bancada PPD concurrieron los ministros militantes de dicha tienda, Nicolás Eyzaguirre (Educación) y Rodrigo Peñailillo (Interior).
"Estamos convencidos de lo que estamos haciendo", habría precisado Peñailillo en su intervención en el almuerzo, ante las dudas planteadas respecto de los emblemáticos, por un grupo de aproximadamente seis diputados, entre ellos, Pepe Auth y Jorge Tarud.
Más tarde, tanto Eyzaguirre como Peñailillo habrían vuelto a contactar a aquellos que en la mañana no tenían claro su voto. Tras una breve conversación con el titular de Educación, Tarud expresó que el secretario de Estado se "comprometió verbalmente para enviar un proyecto paralelo para los liceos de alto rendimiento". Lo mismo habría manifestado la autoridad en el comité político de la mañana, ocasión en la que el tema habría sido expresado por el diputado DC Matías Walker.
Otros temas polémicos
El tema de los liceos emblemáticos amenazaba con enviar la iniciativa a una comisión mixta en el caso de que votos de la Nueva Mayoría se sumaran a la negativa de la Alianza. Pero hubo también otros temas que generaron divisiones en el oficialismo, aunque sin el riesgo de postergar la discusión a una cuarta instancia legislativa –por no contar con la venia de la derecha.
Mecanismos de arriendo diferenciados para terminar con el lucro, dependiendo del tamaño de los colegios y permitir a los establecimientos particulares pagados seguir seleccionando mediante pruebas de admisión y entrevistas, eran las principales críticas que planteaban los diputados que representan las posturas más duras en la materia, como aquellos que conforman la llamada bancada estudiantil, Camila Vallejo (PC) y Giorgio Jackson (Revolución Democrática).
Así tras ocho meses de un acalorado debate, ayer, en una votación que se prolongó por más de cuatro horas, los diputados ratificaron el texto que salió del Senado, finalizando la tramitación legislativa de la iniciativa.
No obstante, antes de ser promulgada Ley de la República, el Tribunal Constitucional (TC) deberé pronunciarse por los requerimientos que presentara la Alianza.
Obviando las particularidades ideológicas que dominan este tema, existe un sentido práctico que probablemente fue resultado más de la casualidad que de la planificación. Este sistema de sostenedores permitió expandir la cobertura con un aporte restringido del estado y que administrado de manera individual fue muy eficiente en ello. Obviamente existen excepciones como todo en esta vida, pero en general ha permitido que la calidad educacional suba en este segmento, sea porque permite contratar mejores profesores, o porque puede adecuar programas educativos a situaciones o regiones específicas.
El problema que se va a presentar cuando los sostenedores o salgan del mercado o se conviertan en particulares, es que el estado no es precisamente un gran administrador. Lo que hasta ahora se hacía relativamente “magro” en términos de costos para el estado ahora se va a transformar en un festín de grasa administrativa, que es el caldo de cultivo para la corrupción.
Porque, como diría la abuela, la calidad se paga, y si algo es gratis, ya se sabe previamente cual va a ser la calidad, no porque no cueste nada en términos agregados de país, sino que a nivel individual no va a existir la instancia que tiene todo consumidor de castigar con la compra y exigir calidad. Que finalmente es lo que importa en todo esto. O debería.
Bienvenidos a: es gratis…que más quieres???