Originalmente, iba a ser una más de las acciones de la oposición para emplazar al Gobierno por el caso Convenios. Un llamado más. Pero un párrafo inesperado lo cambió todo.
Todo comenzó cuando, a la hora y media de conocido el robo de 23 computadores del Ministerio de Desarrollo Social, el jefe de asesores de la bancada de la UDI, Rodrigo Pinochet, comenzó a redactar una carta destinada al Presidente Gabriel Boric, exigiéndole la renuncia del ministro Giorgio Jackson en las siguientes 48 horas.
No se trataba de algo tan inusual, sobre todo en lo referido al caso Convenios. Pero había un párrafo que sí lo era. “Por haber orquestado un esquema de defraudación a través de fundaciones políticas y, por último, por estar directamente involucrado en el sospechoso robo de 23 computadores y una caja fuerte desde su ministerio”, decía la misiva para justificar el pedido de renuncia.
En la bancada dicen que esas líneas fueron visadas por algunos parlamentarios de la UDI... pero no revelan quién dio el vamos. Precisamente, porque fueron esas frases las que, automáticamente, desataron la ira del Ejecutivo.
De hecho, habían pasado pocos minutos cuando sonó el teléfono del timonel del partido, Javier Macaya. Al otro lado de la línea estaba la entonces vicepresidenta Carolina Tohá, quien, molesta, pedía explicaciones. En La Moneda, el tono había sorprendido. Y a ella, personalmente, la dejaba en una posición delicada (ver recuadro).
Fiel a lo que ha sido su tono reconocido como dialogante dentro de la oposición, el senador primero intentó poner paños fríos y se comprometió a recabar información. Pero ese buen ánimo pronto cambiaría, pues el Gobierno tenía su propia estrategia.
Al rato, Macaya escucharía, desconcertado, a la vocera de Gobierno, Camila Vallejo, comunicando que Tohá se había contactado con él y que le habría “notificado” que no contestarían la carta por considerarla “calumniosa, injuriosa e infame”. Para la derecha, se daba a entender que le habían llamado “la atención”.
Por ello, de la calma, el senador pasó a la furia. En su opinión, el Gobierno quería desviar la atención hacia la UDI para no reconocer que el problema estaba en La Moneda.
Fue entonces que decidió pasar a la ofensiva. Inmediatamente congeló toda relación con el Gobierno y se bajó de la mesa de negociación de la reforma previsional.
Desde ese día, los intercambios por la prensa solo han escalado. Y las destempladas declaraciones de un lado y otro terminaron moviendo el tablero político.
En la UDI hubo una inyección de energía entre sus bases por el protagonismo que adquirieron. Pero, a su vez, trajo sabores amargos en el contexto de la oposición donde, una vez más, se evidenció la división y poca coordinación entre los partidos de Chile Vamos.
Los más duros
“Tienes que ponerte más duro con el Gobierno”. Es la frase que varios del partido le han repetido al presidente de la UDI, Javier Macaya. Y, ahora, por primera vez, accedió.
Considerado un “dialogante” —sobre todo después de su rol en el nuevo proceso constituyente—, el senador incluso ha sido tildado como “amarillo”, por su línea directa con el Presidente Boric y su voluntad de trabajar en acuerdos nacionales.
Pero en la UDI aseguran que la relación se fue desgastando en enero de este año cuando, en medio de la mesa de seguridad, el Gobierno concretó los indultos a involucrados en el estallido social.
Y hoy está totalmente congelada.
Pero ¿por qué la súbita dureza?
En el partido aseguran que en la semana distrital los distintos parlamentarios percibieron que la ciudadanía estaba molesta, porque La Moneda no ha asumido los costos políticos en una de las crisis más graves en materia de probidad en los últimos años. Y decidieron actuar en consecuencia.
“El Gobierno quisiera que la oposición actúe con normalidad para que el escándalo Convenios se olvide, pero nosotros no lo vamos hacer. Le vamos a recordar al Gobierno todos los días que aún no sale ningún ministro y nadie asume la responsabilidad política por este escandaloso hecho de corrupción”, dice el jefe de bancada de la UDI, Guillermo Ramírez.
Pero no es la única razón.
En la tienda reconocen que la variable “Republicanos” no se puede desconocer y que lo que Macaya busca es hablar a su electorado clásico, tras los efectos de la irrupción del nuevo partido que cala por la derecha y que en la última encuesta CEP fuera la colectividad que genera más identificación.
“Tienes una identidad y un electorado, y al final del día, también estás obligado a cumplir con ellos”, dice un miembro del partido.
Es una movida que si bien generó dudas internas al principio, principalmente debido al tono usado en la carta, hoy tiene a la mayoría de la tienda alineada, principalmente, debido a que los nuevos robos a reparticiones públicas, y los recientes descubrimientos en el caso Convenios, han hecho que la iniciativa “envejeciera bien”.
Pero la ofensiva no está exenta de riesgos.
La vinculación que el Gobierno estableció entre la carta y la reforma de pensiones —de la que varios expertos hicieron eco— obligó al partido a actuar rápido. Por ello, anunciaron una propuesta previsional propia y emplazaron al Gobierno a votar en el Congreso una ley que permita que el 6% vaya a las cuentas individuales. Todo con la idea de que no se les vea como los que bloquean la idea de “mejorar las pensiones para los chilenos”, un riesgo aún no descartado.
Asimismo, en un momento se creyó que si la UDI presionaba por la salida de Jackson, menos se haría realidad.
Pero, a la luz de los días, todos concluían que la estrategia es un win-win, pues, si se queda, es una carga pesada para el Gobierno. Y si se va, es un punto para la oposición.
Por eso, ahora, el zapato chino lo tiene el Gobierno. Siempre, claro, que la oposición se coordine en sus estrategias.
Pero el efecto negativo más concreto fue adentro de Chile Vamos, donde nuevamente se develaron diferencias.
Chile Vamos, nuevamente dividido
Inmediatamente después de que la UDI pasara a la ofensiva, RN y Evópoli se desmarcaron y señalaron que ellos no se bajarían de la mesa técnica de la reforma. De hecho, en la tienda de Antonio Varas lo vieron como una oportunidad de remarcar su identidad como una oposición dialogante, que llega a acuerdos.
Asimismo, cuestionaron que sus socios estuvieran trabando la conversación con el Gobierno en un tema “tan sensible y aplazado” para la ciudadanía.
“Si mantenemos la trinchera, no solo se debilita el Gobierno, sino que el sistema completo”, dice un parlamentario de Renovación Nacional.
Pero no fue la única crítica.
Tanto en RN como en Evópoli consideran que los efectos de la carta de la UDI no fueron buenos para el sector. En concreto, cree que se facilitó que el Gobierno ocupara un papel de víctima, con Jackson exigiendo disculpas públicas y con la atención centrada en la UDI, en vez de los propios errores del oficialismo. “Llevamos una semana hablando de la carta de la UDI, en vez de estar hablando del caso Convenios y del robo de computadores”, dice el diputado Frank Sauerbaum (RN). Incluso, el secretario general de Renovación, Diego Schalper, llamó al senador Macaya para presentarle sus reparos.
Claro que no solo Chile Vamos se sorprendió. También el Partido Republicano, que esta semana dio un paso en falso.
El impasse del P. Republicano
En el que hoy es el partido más popular, ya se había decidido una estrategia en torno a la reforma de pensiones. Sus diputados no participarían de las negociaciones, pero sí lo harían los técnicos.
Sin embargo, en medio del huracán iniciado por la UDI, la bancada republicana perdió el orden.
El problema fue que, en medio del caos, el diputado por el Distrito 14, Juan Irarrázaval, anunció que su partido se bajaría de la mesa, generando una confusión que, minutos más tarde, tuvieron que salir a aclarar, manteniendo la postura original. Su rol en la negociación sería solo técnico y no político.
En la UDI, el paso en falso fue leído como una réplica a su ofensiva y como parte del interés del partido de Kast por ser los más firmes.
Sin embargo, en la interna republicana solo califican el hecho como un error. Y aclaran que últimamente han matizado sus declaraciones políticas para evitar costos en el proceso constitucional, que ellos encabezan y donde ellos reciben las críticas y recibirían los costos.
Pese a todas estas descoordinaciones y diferencias, para algunos no todo está perdido en la oposición, pues hay algunos ejemplos de que, en el marco de la crisis actual, aún pueden actuar como bloque.
Por ejemplo, el miércoles hubo un intento positivo, luego que el Partido Republicano solicitara en la sala de la Cámara la entrega de todas las grabaciones al momento de los robos en los respectivos ministerios. Una iniciativa que, para que prosperara, se necesitaba de un tercio de los presentes, quorum que obtuvieron con el apoyo Chile Vamos completo.
Es un atisbo de esperanza, dicen los involucrados, para que el Gobierno pague los costos por los casos de presunta corrupción. Y además, dicen otros, una unidad necesaria, sobre todo ahora que la UDI está en guerra abierta con el Gobierno.
Estrategia adoptada…
Alejarse del agujero negro de mierda electoral, ahora cada vez más pestilente.
Y provocar en su electorado emoción real.
El que la UDI mandara a la cresta al gobierno provoca eso en sus bases.
Que es finalmente lo que importa en esto. A nadie ya le genera ninguna emoción el que sus afinidades ideológicas se coloquen a negociar con un gobierno que desprecian. Salvo tal vez repulsión, o como mucho indiferencia.
Tal vez al fin entendieron en la oposición, TODA, que el arbitraje ahora es darle a los octubristas. Sin piedad.
Como sea y por donde sea. No hay ningún efecto negativo en ello.
Y se murió el arbitraje Pinoshé. Esto es, pueden sacarse fotos con una botella de vino conmemorativa de los 50 años del golpe y no va a pasar nada EN SU ELECTORADO potencial, y tal vez recapturen algunos que se fueron con republicanos. Y van a provocar caos en las filas del gobierno. Justo lo que querrías hacer.
Me cuesta entender como o porqué se demoraron tanto.
Como provocas emoción en tu electorado, o lo electrificas?…
El sentimiento generalizado hoy es de revancha del octubrismo…
Solo tienes que subirte a eso…
SIMPLE AS THAT…
Prefiero que lo hagan la UDI, RN y Republicanos, a que surja un nuevo grupo, si efectivamente radical de derecha, que sepa reconocer adecuadamente ese sentimiento y lo canalice no de forma política, sino de forma violenta.
No queremos llegar ahí de ninguna forma y menos fondo.
Que la oposición destruya políticamente al gobierno. Con eso dejan saciado, ojalá, ese ánimo de revancha contra el octubrismo en la sociedad y podemos volver a la normalidad cuando surjan los centro izquierdas nuevos sin relación con el octubrismo.
Es lo mejor que podemos esperar ahora, si seguimos con una democracia representativa.
Tampoco creo que eso dure mucho. Estamos encaminados a cambios monumentales en el mundo que solo se producen cada cierta cantidad de siglos.
Pero estos flaites piensan que sus cagadas de peleas rascas se van a traspasar a la gente.
Nop.
NOBODY GIVES A FUCK…