@latercera
“Es una facultad la de renovar el gabinete que la presidenta tiene siempre (…) lo que yo sí le puedo decir es que la presidenta tiene contemplado hacer ajustes en la gestión del gobierno, eso implica también en los elencos, en los equipos de trabajos , pero no soy yo… Y algunos de ellos se van a anunciar en un muy breve plazo y no me corresponde a mí por lo menos en este caso adelantar de decisiones que esta tomando la presidenta”. La frase fue contundente y esclareció el sonido de las alarmas que se habían encendido durante el día. Anoche el vocero de gobierno, Marcelo Díaz, en el noticiero Ahora Noticias de Mega anunció lo que era un secreto a voces en La Moneda y los pasillos del Congreso: la presidenta estaba trabajando en ajustes a sus equipos de gobierno. Esto luego de dos días de crisis entre La Moneda y el oficialismo tras los resultados municipales del domingo que marcaron una derrota para la Nueva Mayoría frente al conglomerado de oposición Chile Vamos.
El principal punto de quiebre lo había desatado la DC el lunes al congelar relaciones con el gobierno. Fue en ese contexto que ayer se sucedieron las reuniones en el oficialismo. A la misma hora en que Díaz anunciaba un ajuste en el breve plazo, los presidentes de partido del bloque y sus secretarios generales cenaban en el Congreso en Valparaíso, en un encuentro en el que profundizaban sobre las razones de la derrota y repartían culpas. Los jefes de partido estaban en eso, cuando a sus teléfonos celulares comenzaron a entrar mensajes con la advertencia hecha por el vocero de gobierno en televisión.
Aunque Díaz no precisó si se trataba de ajustes ministeriales, o eventuales cambios en el equipo político, trascendió que dichas modificaciones apuntan más bien a autoridades de mediano rango como subsecretarios, intendentes, seremis y gobernadores. Se presume que las decisiones serían comunicados hoy desde La Moneda.
Varios jefes de partido reconocieron que durante la tarde habían sido contactados por La Moneda para que entreguen nombres y sugerencias para concretar los ajustes. El presidente del PPD, Gonzalo Navarrete, se supo que fue contactado por el ministro Segpres, Nicolás Eyzaguirre, para solicitarle eventuales candidatos. De todas maneras, entres los dirigentes se comentaba que igual podría haber un espacio para el tan esperado ajuste ministerial post municipales.
Tras la comida en Valparaíso, los presidentes de partido salieron a enfrentar las cámaras y fue el jefe de los radicales, Ernesto Velasco, quien informó que en la cita hubo “mucha autocrítica” por el rol que habían jugado los partidos en la elección municipal y que estaban conscientes de la necesidad de rectificar el rumbo.
Asimismo, Velasco anunció que la Nueva Mayoría buscaría retomar el dialogo con el gobierno.
El anuncio incomodó a la presidenta de la DC, Carolina Goic, quien tomó la palabra después del presidente del PR, para señalar que su partido mantiene la decisión de no participar de reuniones con La Moneda, es decir, que el congelamiento de las relaciones estaba vigente hasta el jueves, donde el consejo nacional del partido analizaría los cursos a seguir. Después tomó la palabra la presidenta del PS, Isabel Allende, también para hacer una autocrítica pública, momento en el cuál Goic le pidió a Velasco conversar a solas para señalarle que lo que había anunciado no formaba parte de los acuerdos del bloque.
Allende de todas maneras aseguró que los cambios anunciados no le sorprendían.
“Yo misma la otra vez dije que había sido acotado (el cambio de gabinete) y que me imaginaba que iban a venir otros más, osea que no me sorprende mucho”, señaló.
Telenovela DC
La determinación DC fue adoptada el lunes. Y provocó que cuatro ministros que militan en ese partido, entre ellos el titular del Interior, Mario Fernández, acudieran ese mismo día en la noche a la sede de la colectividad para intentar neutralizar la ofensiva.
En concreto, abordaron el tema con la timonel Carolina Goic. Y si bien no lograron contener la arremetida de la falange, al interior de la directiva evaluaron negativamente que la senadora los haya recibido. Esto, porque entregaba una señal incoherente con lo que ella misma había planteado horas antes: que la DC no participaría de ninguna reunión con el gobierno hasta nuevo aviso.
En el partido explican que el quiebre con La Moneda tiene detrás una lógica interna: viene precedido de lo que en la DC consideran como un daño al electorado de centro durante este gobierno; y termina fortaleciendo la opción de que Goic pueda continuar al mando de la mesa por un nuevo período. Esto, porque la senadora asume por primera vez una posición dura ante el Ejecutivo, lo que le demandaban los sectores más conservadores del partido. Así, en la DC agregan que este hecho podría servir para enfrentar una posible arremetida de la ex ministra Mariana Aylwin en la elección interna.
Esto despertó algunos cuestionamientos. El senador Jorge Pizarro dijo ayer que “no sé cuál es el objetivo que se persigue: cuando uno deja de dialogar o dice que no participo más en una reunión política es porque se está negando a conducir a influir, o se está negando a tomar decisiones para enfrentar los problemas y buscar una salida”. Y recalcó: “Una cosa es la forma cómo el gobierno se relaciona con los partidos o viceversa, y otra es echarle la culpa al gobierno de los malos resultados que tuvimos los partidos. Cuando la DC pierde cinco puntos en alcaldes y tres puntos en concejales, el primer llamado es ver qué nos pasó a nosotros”.
En la directiva agregan que deberán evitar que Goic retroceda en su postura. De hecho, en el almuerzo de los senadores oficialistas ayer en Valparaíso, la legisladora no usó el mismo tono para abordar este escenario. Sin embargo, minutos después, y en público, reafirmó la decisión, señalando que “esto es para dar una señal muy clara, es básicamente un llamado a la autocrítica, a un diálogo franco”. Y agregó: “Lo que buscamos como DC es generar un punto de inflexión. No podemos seguir igual”.
Desde la Nueva Mayoría, en tanto, se mostraron críticos respecto de la decisión de la DC. Por ejemplo, la presidenta del PS, Isabel Allende, aseguró que no era conveniente realizar este tipo de acciones. “Ese tipo de gestos no nos están ayudando a darnos una imagen que empeora la situación de evidentemente que fue adverso un resultado, eso no está en duda”.
La minuta
El lunes, pasadas las 21 horas, el ministro de la Secretaría General de la Presidencia, Nicolás Eyzaguirre, llegó hasta la sede del PPD -partido donde milita- para participar de la primera reunión de mesa directiva tras los complejos resultados obtenidos en la elección municipal del domingo.
Un par de horas antes, Eyzaguirre se había reunido extensamente con los ministros Mario Fernández de Interior, y Marcelo Díaz, de Segegob, junto a la Presidenta Michelle Bachelet, instancia donde se analizó en detalle los resultados obtenidos y sus consecuencias.
Quienes participaron del encuentro aseguran que con cifras en mano y mucha tranquilidad, Eyzaguirre planteó que era necesario leer con detención los números.
Así, por ejemplo, destacó que al revisar la cifra global de concejales, la Nueva Mayoría se mantiene como la coalición con mayor adhesión ciudadana, con 47,1%, versus 39% de Chile Vamos.
Pese a que esto significa una disminución de 3,8% respecto de la elección municipal de 2012, Eyzaguirre puntualizó que igual significaba un triunfo para el oficialismo. Frente a esto, el ministro insistió que se trataba de una señal de que el apoyo ciudadano a la coalición se mantenía.
Respecto de lo ocurrido con los alcaldes, donde la Nueva Mayoría disminuyó 12,8%, pasando de tener 168 a 141, Eyzaguirre apuntó a las responsabilidades partidarias en la elección de los candidatos y los problemas que hubo para resolver diferencias.
Quienes participaron de la cita del PPD aseguran que la directiva planteó que el diagnóstico era demasiado condescendiente con la responsabilidad que, a juicio de algunos, debería asumir el gobierno.
Eyzaguirre retrucó con una visión compartida por el comité político: el gobierno no tiene por qué hacerse cargo de temas electorales, pues perdía suficientes energías tratando de convencer a los parlamentarios del bloque con cada proyecto que llega al Congreso.
Ayer, el presidente del PPD, Gonzalo Navarrete, llegó hasta La Moneda, donde sostuvo una nueva reunión con Eyzaguirre. Ahí, el titular de la Segpres le entregó un documento elaborado por el gobierno con el desglose de los resultados de la elección del miércoles, el que luego fue expuesto por Navarrete en una reunión que sostuvo con los parlamentarios PPD ayer en Valparaíso (ver infografía). Se trata de dos planillas donde, partido a partido, se analizan los resultados negativos en elección de alcaldes y concejales. En el caso de los alcaldes, por ejemplo, destacan la pérdida de 13 ediles de la DC, cinco del PS, cuatro del PPD y la derrota de Pedro Aguirre Cerda del PC. Salvo en este último caso, el de la emblemática alcaldesa Claudina Nuñez, en el resto el diagnóstico de La Moneda apuntó a la debilidad de los elencos municipales definidos por las colectividades.
El análisis fue reforzado ayer públicamente por el vocero de gobierno. “Hubo división en algunos casos, indisciplina en nuestras fuerzas, incapacidad de ponernos de acuerdo, probablemente también hay un juicio respecto de la marcha del gobierno qué duda cabe, eso es parte de los análisis”, dijo apuntando a reforzar el mensaje privado de Eyzaguirre.
Ahora se empieza a desarmar el bloque.
Cuando algo como un conglomerado político es reunido solo por la figura de una persona, y esa persona comienza a perder el encanto que en primer lugar arrastró a ser elegidos a todos los que la apoyaron, sucede esto.
No hay visiones comunes al interior de un bloque que va desde el partido comunista hasta los radicales (cuyo nombre es exactamente el opuesto a su doctrina). Lógicamente al perder el único vínculo que los unía, se van a desarmar.
Y desarmados, no son rivales para el bloque de centro derecha si este va unido.
No estamos aún preparados para el surgimiento de un tercer partido o bloque, por lo que aún estaremos sujetos a los dos bloque que conocemos. Y la tendencia en el resto del continente es que las elecciones giren hacia los sectores más conservadores, o de derecha en la jerga chilena. Igualmente en Europa con la crisis de refugiados y en USA con Trump que es un tercer partido en si mismo.
La gente es conservadora en sus creencias políticas. Mientras no exista una motivación específica para ir hacia un extremo, vota por una continuidad, cuando lo hace. No nos interesa lo que pasa mientras tengamos trabajo y un nivel de vida decente. No se va a la guerra cuando hay abundancia en un país. O al menos no se provoca una y se intenta evitar. Lo mismo en el caso político. No se va hacia un extremo si no hay una carencia muy marcada de algo.
Parece que el giro en las próximas votaciones será hacia el otro bloque, y no hacia el extremo del ya gobernante. Eso es bueno. Es un mensaje hacia la clase política. A la gente no le gustan las sorpresas. Tampoco las refundaciones. A la gente le gusta la estabilidad. Cuando en una empresa se quiere implementar algo nuevo, es casi una revolución subversiva contra el cambio. No entiendo porqué la clase política cree que eso es diferente a nivel país.