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La madrugada del jueves pasado, un menor de 16 años fue detenido por segunda vez en una semana por robar autos en el sector oriente de Santiago. En paralelo, una historia similar se repitió en la comuna de La Granja, sin lograr la repercusión del primer caso.
Ambos hechos, según los expertos y autoridades consultadas, revelan dos hitos centrales en la discusión sobre la delincuencia que se da hoy en Chile: la supuesta facilidad con que los autores de delitos recuperan su libertad tras ser detenidos, y que deberían enfocarse de mejor manera los recursos policiales, para dar respuesta a las zonas más vulnerables, y no sólo al sector oriente de la capital.
La Tercera analizó las cifras oficiales de la Plataforma de Análisis Criminal Integrado de Carabineros (Pacic), con el objetivo de constatar cuáles son las comunas y regiones que concentran el mayor número de robo con intimidación (asaltos), robo en lugar habitado (a residencias) y robo de vehículos. A la fecha, en comparación con el mismo período del año pasado, el total de las denuncias se incrementó en un 1%, según la policía.
A nivel nacional, el robo con intimidación aumentó en un 4,6%, en comparación con 2014; el robo en lugar habitado un 5,2%, y el robo de vehículos presentó una baja de un 10% (ver infografía). En tanto, en la Región Metropolitana, el robo con intimidación subió un 6,7% en comparación con el mismo período del año anterior; el robo en lugar habitado bajó un 4,7% y el robo de vehículos disminuyó un 0,2%.
El mismo análisis revela que los asaltos con intimidación aumentaron un 73,8% en la Región de Los Ríos, seguido de Valparaíso con 24,4%. En tanto, la sustracción de autos en Coquimbo se incrementó en 43%, igual porcentaje, que los robos a viviendas que afectaron a la V Región. En La Araucanía, el aumento del robo de vehículos llegó al 54%.
Todos estos antecedentes son estudiados por la policía para realizar sus planes de intervención.
Una de las comunas donde la actividad delictiva ha avanzando fue Lo Barnechea. Sobre esta situación el alcalde Felipe Guevara dijo que “la delincuencia y la seguridad sufre de una crisis sistemática, pero tampoco es un problema de Carabineros, sino que de los jueces garantistas que son sumamente laxos con los delincuentes”.
Las cifras de Carabineros no sólo dan cuenta del aumento de los delitos en la zona oriente de Santiago, sino que también en los sectores sur y norte de la capital. Para el presidente de la Asociación Chilena de Municipalidades (AChM), Sergio Puyol, este “es un tema complejo. Yo he visto intervenciones en La Legua, en función de la complejidad en ese sector. Sería sumamente injusto decir que en un lado u otro faltan recursos. En lo que se debe pensar es que hay que evitar que otra población se transforme en una segunda La Legua. Hay que focalizar los recursos de todos”.
Más crítico fue el senador de la comisión de Seguridad Ciudadana, Felipe Harboe (PPD), quien dijo que los delitos ocurridos en el sector oriente generan más “ruido” en la población que los ilícitos que se registran en los sectores más vulnerables. “Opera una desigualdad muy fuerte, porque un delito que se comete en la zona oriente tiene una mayor difusión, que por ejemplo, a cuando ocurre en zona sur”, indicó.
En la misma línea, el diputado RN y miembro de la comisión de Seguridad Ciudadana de la Cámara, Gonzalo Fuenzalida, dijo que “es claro que las comunas que más sufren delincuencia no son las de la zona oriente, sino las zonas más vulnerables (...). Además, en el gobierno actual vemos que no hay una preocupación real sobre la delincuencia”.
En tanto, el subsecretario de Prevención del Delito, Antonio Frey, aseguró que no “existe” una focalización parcial de los recursos. “Estamos destinando contingente policial en toda la Región Metropolitana. Para el gobierno el delito no tiene color político ni social, porque nuestros recursos son para todos los chilenos que son víctimas de la delincuencia”, aseguró.
Además, Frey reveló que “estamos analizando y proponiendo ampliar las hipótesis de actuación para el control de identidad preventivo. Crearemos una propuesta al respecto para poder tener una mayor amplitud en la acción preventiva de la policía”.
Inseguridad
A pesar de que el aumento de los delitos no es estadísticamente representativo, las autoridades y los expertos reconocieron un alza en la percepción de inseguridad de las personas. De hecho, la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (Enusc) de 2014 dio cuenta que el 80% de los encuestados creía que la delincuencia había aumentado.
Para la directora de la Fundación Paz Ciudadana, Catalina Mertz, los hechos delictuales “están poniendo a prueba el sistema de seguridad chileno y lo pone en un escenario complejo, además los estudios demuestran que lo que más impactan en las sensaciones de temor de las personas es la victimización de los mismo círculos cercanos”.
Sobre la inseguridad en la ciudadanía, el director de la fundación Ciudadano Seguro, David Rozowski, dijo que “hoy con la Reforma Procesal (Penal) es muy difícil comprobar un delito y, por esta razón, los delincuentes en muchas oportunidades quedan libres por falta mérito”.
En tanto, para el senador Harboe, la situación también radica en las señales que dan las policías: “hay que revisar cómo están siendo utilizados los vehículos policiales. Cuando uno pasa por ciertas comisarías observa una cantidad grande de vehículos policiales estacionados afuera, generando una sensación de impunidad”. Agregó que se debe modificar el Código Penal para que el registro de las cámaras puedan ser utilizado como una prueba de delito flagrante.
Por su parte, el diputado Fuenzalida manifestó que las malas señales vienen de la legislación y los tribunales. “Una persona que ha sido detenida innumerables veces, que haya tenido salida alternativas, medidas cautelares, y no haya sido condenado para la Justicia, es una blanca paloma. La impunidad está provocando que la gente crea menos en las instituciones y, por ende, en la denuncia”, dijo.
Mmmm.
El gran problema supongo, es que los delincuentes no ven consecuencias reales sobre sus actos. Uno debe suponer que la incidencia de delincuentes sobre el total de la población debe ser bajo. Sobre todo de aquellos que cometen actos violentos.
La cárcel para esta clase delincuentes no es en realidad un castigo. A diferencia de un ciudadano normal. Es parte de la actividad y viene con el territorio.
Una de los derechos básicos del ser humano es poder defenderse ante una agresión o asalto, y a sus seres queridos y propiedad privada y no ser culpado criminalmente por ello. De alguna manera, con toda la legislación que existe al respecto, se deja de lado esta premisa básica. Como casi todo en las sociedades modernas, los problemas se dejan al estado para que los resuelva. El problema es que el estado no los resuelve. Porque no puede.
Por lo tanto tenemos un dilema.
No se deja defender a la gente a sus seres queridos y propiedad de manera clara, y los sistemas públicos no son capaces de entregar esa seguridad tampoco.
La ley no protege en realidad a los criminales de los castigos penales. Los protege del derecho humano básico que es la auto defensa justificada.
Cualquiera que ingrese a la propiedad privada de alguien, o que amenace la integridad de los seres queridos debería estar sujeto a esta norma sumaria.
Lamentablemente esto lo aprenden las sociedades una vez que la degradación es completa y la confianza en el gobierno y sus instituciones se evapora. Punto en el cual se parece más a salvaje oeste que a una sociedad en forma.
La única manera de resolver esto es entregando de vuelta a la gente de manera clara el derecho a la auto defensa. Y fomentarlo. Cualquier medida que no parta con esto como premisa básica de la seguridad ciudadana está condenado al fracaso. Por que los delincuentes responden igual que todo el resto de la gente. A estímulos. Si no hay consecuencias reales y dolorosas sobre los actos criminales, particularmente los violentos, no hay restricción real para cometerlos. Y cada vez más veremos casas con rejas por todos lados. Porque la idea es que les sea difícil a los delincuentes entrar y eso los desmotive. Cuando la motivación real debería ser que uno no entra a la propiedad privada de otra persona, por decencia, y porque corre el riesgo real de recibir una descarga de una automática.