El nuevo estallido que golpea al Gobierno

Compartir

Twittear

@DF

El Gobierno enfrenta su momento más complejo desde el estallido social del 18 de octubre con la aprobación, el miércoles, de la idea de legislar una reforma constitucional que permitiría a las personas el retiro del 10% de sus ahorros previsionales. Esta vez, se trata de una revuelta política, pero desde el interior de sus propias filas. Son horas de extrema sensibilidad para una administración debilitada desde las protestas de hace nueve meses y cuyos resultados en el control de la pandemia no fueron los esperados por las autoridades. Es un Gobierno frágil. Con una seguidilla de elecciones por delante en lo que queda de 2020 y 2021, Chile Vamos no parece dispuesto a inmolarse por un Ejecutivo que en cosa de días se fue quedando solo en la escena sin que lo arrope ni su coalición.

Habría que remontarse demasiado atrás para escarbar en los orígenes de las guerras intestinas que siempre han marcado los rumbos de la derecha chilena y tienden cada cierto tiempo a su autodestrucción. Pero, en lo inmediato, existen algunos elementos a la vista.

No es menor que haya sido el propio presidente de RN, Mario Desbordes, el que haya abierto la discusión sobre el retiro del 10% luego del acuerdo económico alcanzado por todas las fuerzas políticas, que no consideraba esa medida. El diputado preside un partido que dio nueve de los 13 votos del oficialismo en la votación de este miércoles y que, desde esta semana, tiene una colectividad quebrada: los diputados que votaron en la línea del gobierno renunciaron casi de inmediato a la bancada de RN en la Cámara. Tampoco Desbordes pudo contener a sus propias fuerzas antes, cuando los parlamentarios Marcela Sabat, Paulina Núñez y Gonzalo Fuenzalida promovieron el posnatal de emergencia, una medida que ciertamente complicaba al Ejecutivo.

En lo simbólico, no fue menor el episodio del Presidente Sebastián Piñera comprando en la vinoteca en medio de la pandemia, porque no solo provocó la crítica pública del flamante ministro de Salud, Enrique Paris, sino que una suerte de pérdida de paciencia en los dirigentes oficialistas y en su propia base electoral. El incidente lo dejó, nuevamente, expuesto y como primer blanco a la pregunta sobre los orígenes de los problemas.

Pero lo que terminó incendiando la pradera fue la decisión del gobierno de no vetar la ley que limita la reelección. Provocó la fuerte molestia de la UDI, pero, sobre todo, transversalmente la ira de los alcaldes, porque alrededor de 90 no podrán volver a postularse. Que varios ediles oficialistas se hayan retirado de un grupo de WhatsApp donde participaba el Presidente Piñera –un presidente demasiado expuesto, evidentemente–, grafica en parte lo que está ocurriendo con el mandatario, el gobierno y las que se supone son sus filas que lo deberían respaldar.

Lo que tenemos sobre la mesa es la evidente desafección de las colectividades oficialistas –probablemente por responsabilidades compartidas– y, finalmente, una suerte de abandono. Sobre todo la UDI parece pensar que, si el gobierno no cuidó a sus partidos, en este momento no es una obligación que los partidos cuiden a su gobierno. La declaración emitida por el gremialismo donde se critica ferozmente al ministro del Interior, Gonzalo Blumel (Evópoli), no tiene prácticamente precedentes en el pasado reciente. Lo responsabilizan por un actuar “errático” y por la incapacidad que ha tenido para manejar adecuadamente determinadas materias, como el control de la seguridad y el orden público.

¿Cuánto espacio le queda a este comité político amenazado? ¿Se decidirá el Presidente a rediseñar un Gobierno al que se le hace cuesta arriba dirigir los procesos políticos a los que está encomendado en medio de la grave coyuntura?

Al grueso de los parlamentarios oficialistas que aprobó la idea de legislar el retiro del 10% de los fondos de pensiones no solo no les convencieron las nuevas medidas para la clase media que el gobierno puso sobre la mesa a horas de la votación. Se les hizo imposible, sobre todo, olvidar que la propuesta de reforma constitucional tiene un alto apoyo ciudadano (un 83%, de acuerdo a la última Cadem). La oposición, en tanto, busca dar un paso decisivo para que se desmorone el sistema actual a través de una medida que –de acuerdo a expertos de la propia centroizquierda– es regresiva, no es solidaria y, sobre todo, afectará las futuras pensiones al margen de los cambios que finalmente se lleven adelante en esta materia.

El Gobierno enfrentará un duro camino para revertir el apoyo a los retiros de fondos de pensiones en el Senado y, de prosperar, evidentemente superará por mucho los US$ 12.000 millones previstos por el ministro Ignacio Briones en el plan de emergencia económico alcanzado a mediados de junio con buena parte de la clase política. Se tratará de un acuerdo echado por la borda y cuyo espíritu –el entendimiento y la conversación– apenas fue un suspiro en medio de meses convulsionados donde prima la polarización y donde no ayuda en nada la incapacidad que ha mostrado el Ejecutivo para conducir.

Esto es mucho más crítico que los temas económicos contingentes hoy en día.

Un buen capitán y tripulación en medio de una tormenta es mucho más importante que la tormenta que ya sabemos existe.

Esto pasa cuando tienes un gobierno corporativo con puros soy boys en medio de una crisis.

Cuando no hay crisis, funcionan perfecto con sus relaciones públicas y pontificadas varias, pero cuando hay que resolver problemas y tomar acción, son un asco.

Blumel y Briones deberían estar fuera. Un Soy Boy que intenta no quedar mal con nadie y un PhD canónico que piensa que se está comunicando con sus alumnos de la UAI cuando habla de los planes económicos que son lo menos creativo que un PhD podría crear. En tiempos económicos normales podrían funcionar perfectamente y hasta ser vistos como lo óptimo, pero no podrían ser más inadecuados en los actuales.

Siempre lo dije, aunque no me guste decir lo dije, desde la revolución pendeja.

Necesitamos gente dura, resolutiva y creativa, no madres teresas a las que ahora nadie respeta y se nota en esta votación.

La única externalidad positiva (gigantesca) de todo esto es que la izquierda extrema al extenderse y tomar partido en esto del 10% de las AFP´s, para todos los efectos cerró la puerta de la nacionalización de los fondos, salvo por supuesto que sea a la fuerza.

Hasta ahora los fondos eran algo virtual que casi nadie tomaba en cuenta salvo algunos más activos en ello que siempre es un porcentaje bajo. Cuando se coparon las páginas el miércoles, se acabó la posibilidad de confiscación o nacionalización.

Ahora son reales. Y cuando los usen, sea indirectamente como colateral, sea directo (muy mal), los van a hacer propios. Nunca te metas con el dinero de otros va a ser ahora la pistola en la sien de los marxistas que quieren adueñarse de los fondos para sus pendejadas progres.

Fue un gran error del PC, PS, FA y demás one percenters. Y los DC que fueron los tontos útiles de los primeros. Eso pasa cuando ves un enemigo débil y te sobre extiendes en la lucha por querer obtenerlo todo lo más rápido posible. Le pasó a Hitler y a Napoleón, y ahora, en una escala 1000 veces menor estratégica, talento e inteligencia a los pendex. Desde el año pasado forzaron tanto la mano a los que vieron unos cagones que se metieron donde no deberían haberlo hecho.

Y un gran triunfo del gobierno y la derecha en mantener la mayor propiedad privada del país y el motor de ahorro, inversión y crecimiento. Junto con el mejor eslogan posible de campaña para el rechazo a una nueva constitución.

Por supuesto sin quererlo o merecerlo.

La suerte algunas veces, muy pocas, favorece a los cagones, en contraposición al dicho popular tatuado en la espalda de fucking John Wick.

Pero no podemos seguir con este equipo. La suerte no dura tanto.

Piñera tiene que deshacerse de estos giles ahora que ya defendió sin quererlo lo que era más importante.

Quienes pueden ser??

De los que están ahora, no se me ocurre en realidad nadie. Además nadie se va a querer quemar en ninguno de los dos cargos si van a enfrentar acusaciones constitucionales de los giles de la oposición por cualquier huevada.

Compleja la posición de gobierno en la búsqueda de talento. Es lo que pasa con líderes débiles. Nadie quiere trabajar para ellos. Se supone que el alfa protege a su gente cuando debe hacerlo y estos betas soy boys de mierda te tiran a la pelea y después te culpan de todo para lavarse las manos. Quien querría hoy tomar decisiones difíciles con estos giles??

Los únicos que van a conseguir van a ser del estilo Papá Pitufo Paris. Yes Man… Gracias por sus preguntas, no bajaremos los brazos y seguiremos luchando…Por supuesto no siendo el quien lucha sino todo el país al que este saco de hueva tiene encerrado con todos los indicadores cayendo como rocas. Cero pelotas. Va a esperar a que existan CERO contagios en la región metropolitana. Porque estos giles siempre quieren cero riesgos en sus vidas.

Fuck…

Vamos directo al hoyo…

Video dedicado a lo que necesitamos tan desesperadamente en la política hoy…

Imprimir artículo