Columna de Daniel Matamala: El invierno de los unicornios

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@latercera

En el Medioevo, reyes y nobles pagaban fortunas a charlatanes que vendían polvo de cuerno de unicornio: creían que esa pócima tenía cualidades mágicas. En economía, un unicornio también vale mucho: es una empresa tecnológica cuyo valor supera los mil millones de dólares. Y en Chile, hasta hace poco, encontrar alguno era tan difícil como dar con el mítico unicornio: el único caso era la empresa de lagunas artificiales Crystal Lagoons.

Hasta este invierno de 2021.

En cosa de semanas, las startups estrellas de Chile, Cornershop y NotCo, dieron el salto y se convirtieron en unicornios. Y este puede ser un hito para hacer de Chile un país más próspero y meritocrático.

Tal como en 1980 o en 1950, la mitad de nuestras exportaciones siguen siendo cobre, y la extracción de rentas de recursos naturales sigue siendo dominante. Eso permea la sociedad. Somos lo que producimos: si un país vive de las rentas, el poder trata de repartirse esas rentas, acapararlas y heredarlas.

Según un estudio de Caroline Freund y Sarah Oliver, del Peterson Institute for International Economics, el 66,7% de los billonarios chilenos adquirieron su fortuna mediante herencia, comparado con un 49,1% de promedio en América Latina, 37,3% a nivel mundial y 20,9% entre los países emergentes.

Un par de unicornios no cambia esa realidad abrumadora, por supuesto. Pero hay más, muchos más: desde regiones, desde universidades, ya hay más de 70 startups trabajando con inteligencia artificial en Chile. Gauss Control diseñó un algoritmo que predice y previene accidentes laborales. Protera crea biología sintética especializada en diseño de proteínas. Solubag inventó bolsas plásticas solubles en agua, que no contaminan. Phage Lab usa biotecnología para eliminar bacterias.

Es innovación creada por chilenos, pero que es recibida con desconfianza por los capitalistas criollos.

Matías Muchnik, fundador de NotCo, dice que en Chile “estamos acostumbrados a compañías grandes de poco riesgo. La industria de capital de riesgo está muy, muy incipiente. En Chile somos muy preguntones de nuestro currículum, de dónde estudiamos. (…) Somos de círculos cerrados, desconfiamos de gente que no conocemos”.

Coincide Daniel Undurraga, fundador de Cornershop: “Es fundamental que la élite económica chilena invierta más en startups e innovación. Esto contribuiría a que la economía del país deje de depender tanto de los recursos naturales y pase a depender más de la creatividad, imaginación e innovación de los emprendedores”.

“En Chile nadie quería correr ningún riesgo”, recuerda Karim Pichara, gerente de NotCo. Lo mismo dice José Rafael Campino, fundador de Gauss Control. “No te creen, porque algunas industrias son muy tradicionales. El privado no entiende que el capital de riesgo tiene que correr riesgo”.

La fundadora de incubadoras y asesora de startups Sandra Díaz dice que levantar capital en nuestro país es casi imposible, en especial “si eres de provincia, o una mujer fundadora, o alguien que estudió en una universidad no muy reconocida, sin redes de contacto en las grandes élites. En ese caso, recomiendo irse a Estados Unidos o Europa a buscar capital, porque el mito de la meritocracia en Chile, es eso, un mito”.

Así lo hicieron Cornershop y NotCo. “Basta contar las empresas del IPSA que tienen gerentes generales mujeres, homosexuales, mapuches o incluso que fueron a colegios públicos para entender lo enquistado que está todo el poder del sistema en un grupo cerrado y homogéneo”, dice Undurraga.

Tenemos “una élite poítica y empresarial extremadamente cómoda y enormemente tolerante de su propia mediocridad”, describe el economista Óscar Landerretche. “Los herederos del capital y las redes sociales de la élite nacen y crecen con la convicción de que nunca van a perder sus privilegios, de que siempre van a caer parados”. La estructura social “garantiza que, sin esfuerzo, los más mediocres miembros de la élite lograrán preservar su estatus, importancia y poder”, analiza Landerretche.

Claro: si tu riqueza viene de extraer rentas, de favores políticos, colusiones o herencias, no quieres que nada se mueva. El discurso de estos innovadores es muy diferente.

“Necesitamos acercarnos a un capitalismo más humano y alejarnos de un capitalismo depredador”, dice Undurraga, quien critica “la hipocresía de una clase dirigente que nos vende la libre competencia como la solución a todos los problemas y luego se colude y tiene prácticas anticompetitivas que contribuyen a la concentración económica en pocas manos. Mientras tanto, gente muere en cárceles que se incendian por vender CD pirateados en la calle”.

“Nos sentimos parte de un movimiento que tiene que crecer. Esta manera de pensar cambia la mirada extractivista y realmente permite generar valor”, afirma Max Silva, gerente de NotCo.

El contraste con el discurso tradicional es notorio. “Uno se desarrolla en lo que es competitivo, y Chile, para nuestro orgullo, tiene una gran cantidad de recursos naturales”, dice la exministra de Energía y vicepresidenta de la Sofofa, Susana Jiménez. “Ser exportador de recursos naturales no es sinónimo de que es algo más primitivo, más básico o menos complejo. Discrepo de que se requiere cambiar, sofisticar o diversificar este modelo”.

Pero el éxito de nuestros unicornios marca un camino distinto, uno que ya siguieron potencias de la innovación, como Israel o Finlandia. Porque, ¿qué ventaja comparativa tiene Chile para exportar al mundo una aplicación de compras, crear comida vegetal a partir de un algoritmo, inventar bolsas solubles en agua o diseñar proteínas sintéticas?

Chile se ha pasado su historia buscando la gallina de los huevos de oro. En el siglo XIX fue el salitre. En el XX, el cobre. En el XXI, soñamos con el litio.

Pero el futuro está en el recurso más renovable de todos: los cerebros de nuestros científicos, investigadores y emprendedores. No es un mito. No es una pócima milagrosa. Estos unicornios son de carne y hueso, y pueden cambiar nuestra sociedad para bien.¨

Cómoda y acostumbrada a su propia mediocridad?? A quien cresta le ha ganado, como empresario o billonario o rico, o algo que no sea ser un empleado sobre pagado y sobre valuado, este gil de Landerretche para despacharse semejante imbecilidad??

Solo les interesan los súper ricos a los progres. Como si eso fuese parámetro de algo para medir el bienestar del resto de la población. Igual que a las Feminazis con las posiciones de poder. La representación de las mujeres no es 50% y 50% en los directorios¡¡¡ BUAHHHHHHHHHHHHH….

Yisus.

El 1%, y especialmente el 0,1%, son una casta o animal especial. Yo creo que este gil cree que pueden llegar donde están, y mantenerse ahí, siendo unos tarados con cero mérito y solo porque heredan un capital. No tengo otra explicación para ese foco. Podría ser yo, tanto como ellos, no tienen nada de especial. Big News para los progres. Esa gente tiene un foco láser en generar dinero. Y muchas veces sacrifican todo por ello. Tengo la suerte de haber conocido e interactuado con gente MUY rica durante mi vida. Salvo una excepción en mi recuerdo, todos tienen unas vidas personales de mierda. Divorciados muchas veces, hijos en clínicas de tratamientos sicológicos, pésima salud por el exceso de trabajo y estrés. Están dedicados 1000% a sus trabajos. Y los que heredan, probablemente lo pasaban mucho peor. Estaban bajo la mirada muy inquisidora de los patriarcas y de todo el resto de la familia que quería sus lugares o que no la cagaran para obtener sus dividendos. Aún recuerdo que fui amigo por un breve tiempo de la asistente personal de uno de los herederos de mayor fortuna en Chile. MUY GUAPA ella. Y lo que había visto en otros ricos, se aplica igualmente para los SÚPER MEGA ricos, al menos de lo que ella contaba y estaba autorizada. Vidas personales de mierda adornadas con mucho lujo.

No tiene que ver con sexo o raza o cualquier otra agrupación. Tiene que ver con HAMBRE. Y talento. Y motivaciones. Y suerte. Y algo de obsesión, o mucho. Es gente que está conectada TODO el día, chequea todos los números, autoriza todo y no se les pasa nada. Para llegar a la cúspide de las jerarquías tienes que estar dispuesto a sacrificar TODO en tu vida.

Pero como estos giles blanditos y empleados de por vida creen que todos merecen y pueden ser todo lo que quieran si solo lo desean mucho porque todo es una construcción social cis patriarcal blanca…

Estamos en OCCIDENTE en el siglo XXI. No en la edad media feudal. Y aún así, no podían mandarse muchas cagadas las aristocracias, sino terminaban guillotinados, o crucificados dependiendo de la época.

La concentración de riqueza es igual en todos lados. El 1% siempre va a ser el 1%. Y el 0,1%, ni hablar.

Tal vez quiere en secreto ser uno pero como es un simple empleado que nunca va a poder llegar a eso los ataca, por simple y verde envidia??

De los 10 billonarios chilenos, casi todos son primera o segunda generación. No son dinastías centenarias.

Nunca mira estadísticas relevantes para todos y solo se fijan en los tope de línea como si eso fuese relevante para el resto de la población. A quien cresta le interesa lo que ganen o tengan los billonarios?? A la gente de La Pintana o Quilicura no le podrían importar menos gente que probablemente ni siquiera va a ver en directo una sola vez en la vida. Lo que le interesa a la gente es saber si sus hijos tienen posibilidad de estar mejor que ellos en la siguiente generación.

Tenemos la menor brecha de escalamiento social de TODA LA OCDE.

La escala social en Chile funciona. Aunque le duela al progre. Chile no es injusto y Chile no es de castas, no más que todo el resto del mundo al menos. Somos un país relativamente joven. Y hasta hace un par de décadas, pobre. Es casi imposible que existan, al menos en gran número. Todas las fortunas nacieron de construir el país desde el desastre de Allende. Eso es 50 años. Una generación, con suerte dos.

Y los trabajos YA ESTÁN en manos de esos que llama unicornios. El 70% o más del empleo lo generan ellos. Los emprendedores encuentras la forma si les das la libertad de hacerlo. El camino de menos resistencia o más rentabilidad siempre lo encuentran. Está en sus genes. Y el PIB del país cada vez más depende de servicios y consumo y no de minería o recursos naturales, que por lo demás requieren tanta o más tecnología para procesar que un electrodoméstico o un auto. Se habrá dado alguna vez una vuelta a una planta minera o de alimentos este gil?? De seguro cree que son manuales bucólicas del siglo XIX. Todos estos giles parece que están atrapados en ese siglo en lo que a economía se refiere. Imprimir artículo