Por lejos, fue el candidato que más aportes recibió para enfrentar las elecciones del domingo 7 de mayo. Pero el resultado demostró que no todo se trata del dinero.
El exalcalde de Santiago Jaime Ravinet asumió el desafío de postular al Consejo Constitucional a través de un cupo independiente que le ofreció Evópoli. ¿El resultado? Obtuvo 159.103 votos, lo que representa un 4,04 % de los sufragios de la Región Metropolitana, cifra insuficiente para haberse convertido en consejero constitucional.
Su compañera de lista, Gloria Hutt -quien además es presidenta de Evópoli- sí logró llegar al Consejo, tras haber recibido 236.095 votos, un 5,99 % de la circunscripción. Así, se convirtió en la única representante del partido en el Consejo Constitucional.
Dentro de los exministros que compitieron en la Región Metropolitana, además de Hutt, Ravinet también fue superado por Rodrigo Delgado (UDI) -consiguió 262 mil votos, aunque tampoco resultó electo- y por Yerko Ljubetic (Convergencia Social), quien obtuvo 278 mil votos y un escaño dentro del Consejo. Ravinet solo logró superar a Andrés Palma (DC), quien recibió 37 mil votos.
FRANCISCO PAREDES / AGENCIA UNO
Lo curioso es que, por lejos, Ravinet fue el candidato que más aportes recibió. De acuerdo al registro de aportes transferidos del Servel, actualizados hasta el 5 de mayo, el exedil reunió un total de $ 599 millones de pesos. De estos, $ 350 millones corresponden a un crédito.
Entre quienes más aportaron a su campaña, destacan seis personas con 11 millones cada una: Pedro Hildebrando Buttazzoni, Rodolfo Kaufhold Costabal, Rodrigo Gómez Azócar, María Angélica Ossa Correa y Raúl Lyon Lopehandía.
A modo de comparación, entre quienes sí resultaron electos en la región, Hutt registro aportes por un total de $ 290 millones, Luis Silva (Partido Republicano), $ 135 millones, mientras que Ljubetic, $ 63 millones.
Jorge Ossandón (Partido Republicano) y Karen Araya (Partido Comunista) -quienes también resultaron electos en la Región Metropolitana- fueron más austeros, pues recibieron $ 20 y $ 19 millones para sus campañas, respectivamente.
Para dimensionar, los aportes a Ravinet superaron la suma de lo que recibieron individualmente los 18 candidatos del Partido Socialista -$ 347 millones-, así como también los que recibieron en conjunto todos los candidatos de la Democracia Cristiana ($ 267 millones) y el Partido por la Democracia ($ 331 millones).
Es más, si se suman los aportes que recibieron todos los candidatos de la DC y del PPD ($ 598 millones), de todas formas Ravinet los sobrepasa por un millón de pesos.
Jaime Ravinet.
Las razones para el fracaso
Sobre el resultado, el diputado Francisco Undurraga (Evópoli), quien fue uno de los que respaldaron su candidatura, manifestó que Ravinet “hizo una tremenda campaña”. De hecho, plantea que “si no hubiera sido por la campaña de Ravinet, no habría salido Gloria (Hutt)”.
“No estaba la ola para las exfiguras de la Concertación, al centro le fue mal. Entre republicanos y la izquierda, la gente estaba apostando a una cosa más nítida. Claramente el votante no concuerda con las posturas más moderadas, y sin ser un castigo para Ravinet, la ciudadanía buscó legítimamente otros rostros. Tuvo una buena votación”, agrega el diputado.
Por el lado de Demócratas, partido en formación que también respaldó a Ravinet, su vicepresidente Jorge Tarud argumenta que “Hutt fue beneficiada por su larga exposición en los medios, mientras que Ravinet llevaba muchos años fuera de la primera línea”.
En efecto, la última vez que Ravinet ocupó un cargo público fue hace 12 años, cuando se desempeñó como ministro de Defensa del expresidente Sebastián Piñera.
Hutt, en cambio, dejó la primera línea de la política en marzo de 2022, cuando dejó de ser ministra de Transportes de Piñera. Sin embargo, rápidamente volvió a posicionarse al asumir la presidencia de Evópoli en octubre del año pasado.
Por otra parte, Eduardo Jara (Amarillos por Chile), quien se desempeñó como coordinador territorial de la campaña de Ravinet, asegura que él “volvió a la política para seguir en ella, esto no fue solo el deseo de ser candidato constituyente, su amor por Chile lo va a tener con algún papel central en los próximos meses, en la reestructuración del centro político reformista (...). Nos encantaría que jugara un rol dentro de Amarillos”.
En tanto, el senador Manuel José Ossandón (RN), quien también respaldó su candidatura, comenta que “en esta elección existió un tsunami que arrasó con todo. No es una campaña tradicional a analizar, porque la gente más que votar por personas votó por una marca: los republicanos y un claro rechazo al gobierno. Ravinet fue víctima del tsunami igual que todos, porque se cayeron todos”.
El excandidato fue contactado por La Tercera PM, pero prefirió no referirse al tema.
La misma razón del fracaso de Sichel.
No puedo entender que gente experimentada, supuestamente, en política, no entiendan una lógica tan básica.
Hay un 45% de derecha. Un 45% de izquierda y un 10% independiente que decide finalmente las elecciones.
Esas posiciones son ideológicas. Ergo, no transables.
MUY ESPECIALMENTE AHORA CON EL VOTO OBLIGATORIO.
Alguien de derecha NO VA A VOTAR por la izquierda. Como mucho de centro si su candidato es muy podrido. Pero si tiene que elegir, va a votar por alguien de más a la derecha si existe. Y si no, se abstiene.
Peor aún si eso es compuesto con cercanía al agujero de caca política que es Boric.
No son tiempos de travestismo político. Alguien de derecha no vota por alguien de izquierda en el agregado.
Si amarillos y demócratas hubiesen conformado una lista de centro izquierda, de seguro habría salido electo.
Si la derecha progre quiere sobrevivir, van a tener que definir claramente sus principios, y decidir si son efectivamente derecha o se van a la izquierda definitivamente con amarillos y demócratas, bajo esa marca.
Si continúan diciéndose de derecha pero presentan a progres encubiertos como candidatos, o gente de izquierda, van a seguir siendo masacrados.
Pero efectivamente, esta no fue una votación de izquierda vs derecha, sino de octubrismo vs anti octubrismo.
La izquierda lo va a querer llevar al campo izquierda vs derecha.
La derecha lo va a querer llevar a octubrismo vs anti octubrismo. Y se la están dando en bandeja los pérkins fusionándose con el octubrismo.
Si no se apartan del octubrismo y crean algo los más independiente de él, va a ser un arbitraje que va a dar muchos réditos por décadas. Lo que finalmente va a aniquilar a los octubristas y los va a reducir a la intrascendencia. No son políticamente beneficiosos ya para asociarse.
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