Prevén fuerte caída de inflación en lo que queda del año

Compartir

Twittear

@emolinversiones

A fines de marzo, el Presidente de EE.UU., Donald Trump, esperaba que el país estuviera “abierto y listo” para celebrar Pascua de Resurrección. Este jueves, y cuando Semana Santa ya quedó 14 dias en el pasado, el mandatario –que se juega su reelección en noviembre– decidió dar un giro. Washington podría tener que extender las pautas de distanciamiento social hasta principios del verano en el hemisferio norte, reconoció. “Y podríamos ir más allá de eso”, dijo.

El desempleo en la primera potencia subirá desde el 4,4% de marzo a entre 15% y 20% en abril, dijo Banco Santander este viernes. Con la perspectiva de calles y cielos vacíos, el petróleo WTI llegó a transar bajo US$ 0 a comienzos de semana (contratos que expiraron el martes). Este viernes, sus pares con vencimiento en junio cerraron en US$ 17.

En Chile, importador neto de la materia prima, las proyecciones para el PIB impiden celebrar. “La actividad se contraerá 5%”, dijo la británica Capital Economics en su más reciente informe sobre la región. No todos son tan negativos: “prevemos una caída de 2,5% en el PIB chileno este año”, dice Jorge Morgenstern, economista para Latinoamérica de HSBC.

En este escenario, la inflación local caería drásticamente, creen en el mercado. “Proyectamos una variación del IPC en abril de -0,19% mensual, en línea con los instrumentos de mercado (-0,18%)”, dijo Nathan Pincheira, economista jefe de Fynsa Corredores de Bolsa.

La perspectiva de menor inflación y de que el Banco Central siga inyectando liquidez (manteniendo su tasa en mínimos históricos y posiblemente elevando su compra de bonos), ha llevado a fuertes bajas en las tasas “base” o de referencia local. En un mes, la tasa de la deuda del Banco Central a 10 años (BCP10) cayó 120 puntos base, desde el 3,9% a 2,7%, un mínimo histórico.

“Las tasas están cayendo a nivel global, por una combinación entre la gran inyección de liquidez de parte de los bancos centrales y un contexto de presiones inflacionarias súper contenidas”, dice César Guzmán, gerente de macroeconomía de Inversiones Security. “La percepción de que cada vez esto (el confinamiento) puede ser un poquito más largo, lleva al mercado a esperar que las tasas base estén extremadamente bajas”, señala.

La expectativa de menor inflación se ha traspasado a plazos más largos. “Las tasas de los bonos del Banco Central vienen haciendo mínimos desde los primeros días de abril en la parte de menores plazos, pero en la de mayores empezaron a caer está semana”, dice Fernando Montalva, estratega en la firma suiza EFG. “La caída del petróleo pega por dos lados: más directamente porque gran parte de la inflación de Chile es importada y porque, al caer tan fuerte, nos dice que la demanda mundial está más débil de lo que se pensaba”.

“Los papeles nominales han caído fuerte por buenas razones”, dice Guillermo Kautz, gerente de renta fija en la AGF de MBI. “Las medidas de liquidez del Banco Central han ayudado mucho; hay mucha liquidez en el mercado, sumado a la baja de tasa a 0,5% y la caída de inflación esperada, empujada por lo que pasó en el petróleo”.

“Tenemos un BCP 10 que estaba al borde del 4% a fines de marzo: hoy día está al 2,7% y puede caer al 2%”, dice Arturo Curtze, analista senior en Alfredo Cruz y Cía. “Las expectativas inflacionarias van a seguir cayendo y no me extrañaría que cerremos el año en un 2% en el IPC, por la caída en el precio del petróleo y de la actividad”. No todos esperan drásticas caídas en la inflación local. “Hemos reducido levemente nuestra estimación para fin de año, desde 3% hasta 2,8%, mientras que a 12 meses vemos una variación de 2,5% anual”, dice Nathan Pincheira, de Fynsa. Sin embargo, reconoce que ese número se sitúa “bastante por sobre lo que incorporan los instrumentos financieros: 1,2% anual", señala.

TOLD YA…

Y sin los piechdiescos análisis de los sanhattinos.

Deflation is coming…

Incluso en los alimentos. Todo lo que no sea absolutamente básico va a sufrir con sus precios, obviamente por falta de demanda.

Lo peor que nos puede pasar nos está pasando.

No entiendo como todo el mundo parece estar tan tranquilo en relación a lo que proyectamos.

Es un misterio de la vida para mi que la gente piense que esto va a ser una especie de vacaciones sin goce de sueldo y cuando vuelvan todo va a retornar a la normalidad.

O que van a existir problemas, un poco más de deudas acumuladas, pero que finalmente todo va a salir bien con la ayuda del gobierno.

Los spot publicitarios con comerciales de ánimo, fuerza y toda esa mierda buena onda.

Hay veces en que reforzar la confianza sirve. Pero cuando estás a punto de entrar a una línea de trincheras con balazos por todos lados no es el momento exacto para sentir confianza, ni de dar discursos motivacionales, es hora decirle a todo el mundo que muchos, muchos van a perecer, en este caso económicamente, y que traten por todos los medios de protegerse.

Como obviamente no va a pasar…

Esto va a ser una masacre. Prepárense lo mejor que puedan.

No es un picnic ni un periodo de bucolismo hippie.

Es una depresión catastrófica la que se va a desatar cuando finalmente suelten las amarras para volver al trabajo.

Hasta se me ocurre que los que gobiernan tienen claro esto y están postergándolo lo que más puedan sin ningún fin particular. Como suelen hacerlo. Patear el tarro hasta que no se pueda más y lidiar con los desastres cuando lleguen, nunca intentar evitarlos. No hay ganancia en ello. Imprimir artículo