23 noviembre, 2020

El sector turístico chileno enfrenta su verano más sombrío


@DF

“El impacto de la pandemia ha sido devastador”. Así resume el presidente de Fedetur, Ricardo Margulis, el golpe que recibió la industria turística este año por las cuarentenas aplicadas en el país para contener el Covid-19.

El sector estuvo prácticamente paralizado entre marzo y fines de agosto, mes en que los restaurantes de las comunas en fase 3 recibieron autorización para abrir sus terrazas. En septiembre, la autoridad permitió los viajes interregionales.

“2020 va a ser un año malo, pero no va a ser tan malo porque tuvimos un verano relativamente bueno”, dice con una cuota de optimismo el representante del gremio que reúne a restaurantes, hoteles y líneas aéreas, las empresas que sintieron con más fuerza el impacto económico del coronavirus.

El turismo no cerró bien 2019. Para noviembre esperaban dos eventos internacionales masivos: la realización de la COP25 y el encuentro de líderes de APEC. Pero el estallido social cambió los planes y obligó a la suspensión de ambos encuentros, generando pérdidas millonarias.

Varias de las reservas internacionales para el verano se cancelaron, pero fueron levemente compensadas porque los turistas nacionales prefirieron vacacionar en Chile. El alza del dólar, el efecto de los eventos de octubre en el empleo y el crecimiento, y el comienzo de los contagios de Covid 19 en Europa, fueron los factores determinantes.

Malos pronósticos

En un año normal, llegaban a Chile 5,3 millones de extranjeros. Debido al estallido social y la crisis económica en Argentina, en 2019 ingresaron 4,5 millones de personas. En la última temporada estival -entre diciembre y marzo- visitaron el país 1,2 millón de personas. Para este verano, Fedetur estima que solo recibiremos 100 mil turistas extranjeros, una caída de 90%.

Como consecuencia, el sector pasará de emplear 600 mil personas a fines de 2019, a 155 mil este año. Los pronósticos también son negativos para el próximo año: sólo 1 millón de personas visitarían Chile. Además de las preocupaciones sanitarias, “vamos a tener un verano afectado por la crisis económica, porque hay mucha gente que ha perdido el empleo en Chile y hay otros que están con disminución de renta”, puntualiza Margulis.

La recuperación no será rápida. “Estimamos que va a tomar dos años recuperar las cifras de 2019 en el turismo interno, y en el turismo externo tomará más, unos cuatro años”, proyecta, y eso en un escenario en que la vacuna contra el Covid-19 comience a comercializarse masivamente en el tercer trimestre de 2021.

Escenario en regiones

Los comerciantes de las ciudades de Valparaíso y Viña del Mar, que salieron de la cuarentena en octubre, expresaron abiertamente en los medios de comunicación su necesidad de retomar el funcionamiento. Lo consiguieron cuando la ciudad jardín y el puerto principal pasaron a fase 3 a principios de este mes, pero a los pocos días recibieron un nuevo golpe: la cancelación del Festival de la Canción de Viña del Mar, el evento turístico ícono de febrero.

Para Margulis, la Quinta Región está en vías de mejora. Por eso su mayor preocupación está en el sur del país. En la Región de Valparaíso “ya están en fase 3, por lo tanto pueden recibir turistas. Yo creo que hoy día la zona más complicada es Magallanes, que está en cuarentena y es un polo turístico súper importante”.

Las dos ciudades más grandes de la región, Punta Arenas y Puerto Natales, se encuentran en cuarentena, lo que impide el paso hacia el Parque Nacional Torres del Parque, una de las mayores atracciones turísticas de la zona, y del país. El toque de queda, en tanto, es más extenso que en el resto del país, ya que comienza a las 20 horas, en lugar de las 24 horas.

Puerto Montt también es un punto de preocupación para Fedetur, al igual que la zona de Pucón-Villarrica, donde recientemente trabajadores de hoteles y restaurantes hicieron manifestaciones públicas por la falta de ayuda para el sector. El representante gremial destaca que en estos lugares las ventas del período estival representan la única fuente de ingresos del año. “A las autoridades en el comienzo les pedimos ayuda. Hoy la seguimos necesitando, pero la ayuda más grande que solicitamos es que nos dejen trabajar, que nos permitan volver”, dice Margulis.

Eso sí, con las medidas de seguridad en regla. “Las empresas estamos adhiriendo a los protocolos sanitarios. Nadie quiere que se le enferme un pasajero, un cliente o un trabajador, porque si eso pasa hay que mandar a cuarentena a todos los contactos directos”, afirma. “Estamos siguiendo de forma muy rigurosa el Plan Paso a Paso Laboral del Ministerio del Trabajo y también los protocolos de atención en restaurantes, hoteles y líneas aéreas. Queremos darles garantías de seguridad a quienes vengan a Chile, que sepan que se cumple la normativa”.

HOTELES APUESTAN POR ESCAPADAS DE FIN DE SEMANA
A nivel internacional, los hoteles de vacaciones, ubicados en sectores turísticos, han tenido una recuperación más rápida que las instalaciones ubicadas en las grandes ciudades, cuyos clientes principales eran los viajeros de negocios. Algo similar está pasando en Chile. Según el gerente general de Santiago Marriott Hotel y de Courtyard Santiago by Marriott, Víctor Parada, en los últimos años la mayoría de sus huéspedes eran extranjeros, principalmente estadounidenses, brasileños y europeos.
Sin embargo, desde que reabrieron tras el cierre por las cuarentenas, “un 99% de los pasajeros son chilenos”. “Los clientes corporativos postergaron sus viajes hasta marzo. Nuestro público de hoy es claramente santiaguino y de regiones”, asegura. Además, las restricciones de aforo han tenido impacto los seminarios y matrimonios, otra de sus fuentes de ingresos. Eso los ha obligado a reinventarse y a crear una nueva oferta, como implementar programas para redescubrir la ciudad.
“Antes los hoteles tenían mayor demanda de lunes a jueves, por los viajes de negocios, pero ahora la ocupación más alta es el sábado en la noche. Eso hará que las empresas se cuestionen la forma en que estaban manejando el negocio”. Parada asegura que actores como agencias de viajes, aerolíneas, aeropuertos, hoteles y gobierno “tendremos que hacer programas en conjunto, sinergias, o sino este será un tiempo perdido”.
En el caso específico de Marriott, para 2021 proyectan menos de la mitad de la ocupación de un año normal. Eso sí, para el presidente de Fedetur, Ricardo Margulis, el alejamiento de los viajeros de negocios no será permanente. “A la larga, los congresos y ferias volverán a ser presenciales”, afirma.
Por ejemplo, “en el caso de Expomin, la gente quiere ver cómo funcionan los vehículos y las máquinas”, es una experiencia que no puede ser reemplazada por un seminario virtual, explica.


Lo veo y no puedo creerlo.

Las restricciones casi no existían en Viña y alrededores, y las playas estaban con tacos como en el mejor día de verano.

Lamentablemente, con las restricciones que tenemos en origen y destino para pasajeros internacionales, we are fucked.

Están liquidando el turismo internacional con esta imbecilidad.

Es ultra descorazonador ver como vamos directo al abismo, y seguimos en trayecto sin que nadie haga nada, y cuando alguien dice algo, es populismo o conspiración según los ultra reconchudos de los progres de mierda que quieren destruir todo para mantener su espacio seguro y que les paguen un ingreso mínimo por sentarse a jugar COD o desparramar su amargura por Twitter.

Increíble.

Que podemos hacer??

Nada.

Es USA y Europa están full adentro de la agenda del bicho y no vamos a tener turistas. Los argentinos están en el piso, y con las restricciones de entrada que están colocando nadie se arriesgaría a tomar un pasaje y un tour o estadía solo para que a última hora te salga positivo antes de viajar y pierdas la oportunidad.

Lo dicho en muchas oportunidades, las segundas viviendas pueden ser masacradas. No hay forma en que resistan una disminución de la envergadura mencionada en el reportaje. La gente de turismo sobrevive o prospera en las temporadas. Ya va una malísima en el margen, y ésta va a ser abismal, especialmente la que se dedica al turismo de mayor valor, que se orienta a gente de mayor patrimonio y que está aterrorizada por el bicho, aparte de ser los que mayores restricciones tienen para viajar y los que probablemente han perdido más de su patrimonio. Ni hablar de los snobs wannabes que se compraron a 30 años un depto de vacaciones y ahora ya no pueden ni pagar los gastos comunes.

Están eliminando a los burgueses, a los que tienen dinero para viajar y los que dan empleo igualmente para ello.

Diablos.

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1 comentario:

  1. En este momento tener una segunda vivienda en la playa o campo o similares es ridiculo porque de partida gastas mucho mas por el tema de mantencion, dividendos, gastos comunes, impustos y miles de cosas mas.

    Y lo peor es que te pueden tomar la casa o depto..y ahora hay tipos que se saben la ley al reves y al derecho.

    So...mejor comprar un paquete turistico en cybermonday y te vas a hotel 3-4 estrellas con todo incluido.

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