La tercera
LOS EXPERTOS parecen divididos sobre si el favorable ciclo que han experimentado las materias primas desde mediados de la década pasada -que algunas voces denominan como “superciclo”- ha empezado su declive o se extenderá en el tiempo. La baja de precio que en los últimos meses han experimentado metales como el oro o el cobre han hecho revivir justificadamente esta inquietud, que en el caso de Chile resulta especialmente relevante, considerando la fuerte dependencia que la economía tiene aún con el cobre. La industria minera chilena ha enfrentado alzas de costos significativas, lo que está llevando a una pérdida de competitividad de la minería, situación que no parece estar siendo enfrentada con la debida urgencia en lo que se refiere a los factores externos, como costos de la energía o de la mano de obra, o internos, como las mejoras de productividad en las empresas.
Las cifras indican que en los últimos siete años el cobre registró un precio promedio de US$ 3,37, siendo éste su mejor ciclo en la historia. Parte significativa de esta bonanza se explica por la fuerte demanda del metal por parte de China, que en la última década ha experimentado en promedio tasas de crecimiento de dos dígitos, así como a la abundancia de liquidez que ha llevado al alza en el precio de los commodities. Beijing intenta enfriar la economía de su país, y ello ha llevado a reducir el ritmo de crecimiento chino, que debería rondar el 8% este año y el próximo, según el FMI. Si bien numerosos analistas siguen viendo como probable que la libra de cobre se mantenga en torno a los US$ 3, los precios probablemente no serán tan favorables como ha sucedido hasta ahora, a lo que cabría agregar una posible sobreproducción en el mercado mundial, según han alertado ejecutivos del sector.
El alto precio del cobre alentó una fuerte llegada de inversiones al sector minero chileno, pero también dio pie a que los costos de producción se elevaran sustantivamente. En los últimos cinco años éstos se han incrementado en torno al 50%, por sobre la media de lo que ha ocurrido en la industria minera mundial, una estructura que difícilmente podrá ser sostenible sin dañar los márgenes de rentabilidad si los precios del metal decaen. Múltiples factores han incidido para crear este cuadro. Allí destacan la fuerte alza que ha experimentado el precio de la energía, costos laborales crecientes no ligados a aumentos de productividad, caída en las leyes de los metales, apreciación del peso y escasez de agua. El país debería empeñarse en corregir aquellos factores que inciden en estos mayores costos, pues la pérdida de competitividad de la minería chilena parece estar asomando como factor preocupante.
Lamentablemente, las señales que se han visto en los últimos meses resultan desalentadoras, donde los intereses sindicales y electorales parecen prevalecer frente a cualquier consideración técnica. Las dificultades que han encontrado múltiples proyectos termoeléctricos para instalarse en la zona norte -y que resultan cruciales para asegurar energía competitiva a la industria minera- no hacen sino retrasar las soluciones que el país requiere. También constituye una señal especialmente regresiva el reciente paro general realizado por los trabajadores de Codelco, cuyo petitorio excede lo propiamente sindical, generando un cuadro de tensión que impide avanzar en las soluciones que la industria -y especialmente Codelco, cuyos costos de producción han aumentado por sobre la minería privada- requieren con urgencia.
Una probabilidad de sobreproducción??? deben estar bromeando
Probablemente las bodegas en China deben estar llenas hasta las vigas, con una economía desacelerando.
La opción es bajar la producción y con ello alterar la ecuación de demanda (en este caso Chile podría), pero en estas cosas no resulta ser tan simple el tema, en particular cuando tienes que pagar por 10 años las inversiones que hiciste con deuda calculando ingresos por 3.5 USD y $500 el tipo de cambio y un volumen de producción que vas a tener que reducir, y considerando también que otros países tengan menores costos y recojan la oportunidad de producción que deje Chile. Complejo escenario si esto continúa. El tema de los costos adicionales afecta la competitividad, cierto, pero es menor comparado con las bajas en los precios y el pago de los flujos de proyectos que aún no producen. Pensé que era algo propio de Pymes el calcular flujos con precios inflados. Al parecer Cochilco tiene las mismas planillas excel gigantescas con la función de buscar objetivo para lograr las rentabilidades requeridas a un precio determinado.
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