Vamos a estrangular las carreteras”, amenaza un Pérez. “Las interrupciones que se han realizado son absolutamente parciales”, contemporiza el otro Pérez. “El paro no es contra el gobierno, es contra el Estado”, aclara un Pérez. “Han cumplido en 90%” con hacer una manifestación pacífica y sin cortes, valora el otro Pérez.
El primer Pérez es Sergio, presidente de la Confederación Nacional de Transporte de Carga (CNTC). El segundo es Víctor, ministro del Interior. El primero lidera una movilización que corta rutas, bloquea puertos, infringe el toque de queda y amenaza con desabastecimiento de productos básicos en medio del estado de catástrofe por la pandemia. El segundo es el ministro del Interior que debe hacer cumplir la ley.
Pero, lejos de estar enfrentados, ambos operan con mutua comprensión. ¿Qué está pasando?
Los choferes de camiones han sido blanco de acciones violentas, como el asesinato de Juan Barrios, cuyo vehículo fue quemado mientras dormía en él, o la emboscada en que resultó herida la hija de nueve años de un conductor. Todos ellos, con justa razón, demandan más seguridad para poder trabajar sin exponer sus vidas. Esa petición es unánime. La movilización, no.
Este no es “el paro de los camioneros”, sino de algunos dueños de las máquinas. La inmensa mayoría de los choferes que sufren la violencia no son propietarios de los camiones que conducen, como aclara José Sandoval, presidente del Sindicato de Choferes de Camiones: “este es un paro de los empresarios; de repente se confunde a los choferes con los dueños de camiones, en circunstancia que no es así”.
Esto es evidente en el bloqueo de autopistas, como la ruta 68, ejecutados por un gran número de camiones de las mismas empresas. No son ciudadanos individuales que realizan acciones ilegales, sino empresas que instruyen a sus empleados a violar la ley.
Y son una fracción minoritaria. La Confederación Nacional de Dueños de Camiones (CNDC), la más numerosa y la misma que encabezó el paro contra la UP en 1972, califica de “terrorismo” este paro. Chile Transporte, que forma parte de la Sofofa, tampoco lo apoya.
¿Quiénes son, entonces? La CNTC, una fracción descolgada de Chile Transporte en 2012, encabezada por dos dirigentes de la última campaña oficialista. Su presidente, Sergio Pérez, fue parte del Consejo Ciudadano del comando del actual presidente Piñera. Y José Villagrán, presidente de Fedesur (parte de la CNTC) fue candidato a senador de la UDI en 2017. “No van a trasladar ningún producto. Ni uno. Ni los remedios, ni el combustible, ni los abarrotes. Nada”, amenaza el ex candidato Villagrán.
Demandan que el Congreso apruebe (“en 48 horas”) 13 proyectos de la agenda legislativa del oficialismo, ocho de ellos presentados por el propio Presidente, como reformas al sistema de inteligencia y a la persecución del narcotráfico. “Así como no aceptaremos que nadie bloquee carreteras, le pedimos al Congreso que no nos bloquee los proyectos”, reacciona el vocero de La Moneda.
Bloquean carreteras y accesos a puertos como San Vicente, San Antonio y Coronel. Pero el gobierno se niega a usar la ley que él mismo tanto urgió por aprobar: la Ley Antibarricadas, promulgada en enero, que sanciona entre otros a quienes “interpusieren sus vehículos en la vía, en términos tales de hacer imposible la circulación de otros por esta”. Ante la negativa de La Moneda a querellarse, debe ser el Fiscal Nacional el que ordene investigar.
Para hacer aun más patente el doble estándar, la izquierda que acusó a esa ley de “criminalizar el movimiento social”, ahora exige su aplicación, clama por querellas por Ley de Seguridad del Estado, que hace poco tachaban de “pinochetista”, y califica de “terrorismo” la movilización.
Eso ocurre en la superficie. Pero los grupos de presión suelen tener una doble agenda: una que presentan públicamente, y otra que empujan subterráneamente. Porque no todo el gobierno parece tan cómodo con el paro. El ministro de Salud advierte que “ambulancias han tenido que desviarse de su ruta produciendo problemas en los pacientes que están siendo trasladados”. Y el ministro de Hacienda cuestiona este “acto de fuerza”.
Aquí hay una clave. Este despliegue de poder llega justo cuando Hacienda está ultimando la revisión de los privilegios tributarios que propondrá eliminar, un estudio que presentará en septiembre al Congreso.
Esto amenaza directamente a los dueños de camiones, beneficiarios de dos de los privilegios más aberrantes del sistema. Ellos no tributan, como la mayoría de los empresarios, por sus ingresos reales, sino por un monto mucho menor (“renta presunta”). Y su combustible, el diésel, paga ¼ del impuesto a la bencina, y además se les devuelve hasta el 80% de ese pago (privilegio que por cierto consiguieron en otro bloqueo de carreteras, en 2009). O sea, si un usuario de bencina paga $300 por litro en impuesto específico, un dueño de camión puede pagar apenas $15.
Ese cálculo lo hizo en 2018 un tal Ignacio Briones, que como académico polemizó con los dueños de camiones y clamó reiteradamente por “terminar con estos privilegios que no tienen justificación alguna”. Ahora, desde Hacienda, parece estar a punto de hacerlo.
El paro, y el respaldo que este tiene en La Moneda, también es una advertencia para él.
Clásico del domingo…
Que pasó Matamala, antes eras chévere…Tenías conspiraciones más cool.
Ahora, Matamala ve conspiración de los camioneros con el gobierno…
Y los de la oposición toman esa teoría y la usan como argumento para decir que el gobierno tiene intereses creados en no desbaratar los bloqueos. Igual que cuando no los desbloquearon con los pendejos revolucionarios al peo…También Piñera tenía intereses creados en que convirtieran a Plaza Italia, Valpo y otros lugares emblemáticos del país en un pozo séptico. Seguro compró a dos manos las propiedades que bajaron hasta en 50%.
Priceless…
Yo creo que Matamala esto lo escribió obligado de acuerdo a la línea editorial de CNN.
Nadie puede ser tan gil de pensar que esto es una conspiración de los dueños de camiones y gobierno en contra de las leyes que aún no se discuten de beneficios fiscales al transporte y que los camioneros “empleados” van a hacer lo que sus patrones les dicen…
LOL…
Matamala y todos los progres parece que viven en el feudalismo del siglo XIX y con teorías económicas de esa época, como la de Marx y su división del trabajo y capital que solo sirve cuando todos son agricultores. Sin máquinas.
Los camioneros están muy, muy, muy enojados de ser asaltados y vandalizados. Es cosa de hablar con cualquiera de ellos.
Ese es el problema de estos progres. Nunca bajan a la calle a dignarse a conversar con los que están implicados. Pontifican desde sus cagadas de torres de mármol pensando que lo saben todo y lo pueden suponer todo.
Aún recuerdo los días de iniciales de la revolución pendeja, cuando me topé con un taco estratosférico de vuelta a Chile por el sur y tuve la oportunidad de conversar con muchos camioneros.
Estaban podridos de los bloqueos de las carreteras y los asaltos. Y no eran los dueños.
Hay que ser bien gil para pensar que esto es principalmente político (aunque puede existir algo de motivación en ello). No debe haber nada más diverso que el rubro de los camiones. Todos necesitan ganar dinero, y especialmente los camioneros que ganan sus sustentos por cargas a diferencia de los Matamalas del mundo que reciben sus sueldos garantizados mes por mes por hablar huevadas. No les hace ninguna gracia estar parados. Eso es seguro. Tampoco el haber disminuido sus cargamentos en directa proporción a la caída estratosférica de la actividad económica.
Pero como siempre, es difícil inferir las relaciones y motivaciones que se producen en cosas especialmente complejas como la cadena logística.
Lo que es importante.
Es crítico que lo resuelvan. Como sea en la mejor de sus habilidades políticas y negociadoras. Como todo el mundo racional entiende que el paro no es por puras huevadas, sino por hechos y condiciones realmente peligrosas que nadie de la clase política ha podido atender con eficacia (o eficiencia, que sería contrario a cualquier política de gobierno, como dijo el pelotudo progre clon (?) de Matamala hace un tiempo como argumento), el apoyo si el gobierno y la clase política se colocan ahora rigurosos después del espectáculo que dieron en la revolución pendeja, TODOS los camioneros se van a plegar, dueños o no.
Ahí si que la cagarían.
Pero como los políticos son políticos.
La van a cagar casi con toda seguridad.
So…
Breath…
Va a ser un largo año. Una larga década tal vez. Imprimir artículo
Los socios de fedequinta radicalizamos esta semana de no llegar a acuerdo.
ResponderEliminarEs decir bloqueo total en algunos sectores eso depende de las bases.
Saludos y suerte a todos...
Gusto me da de ver que ya todos los que realizan valor agregado y son principales víctimas de los psychos se están rebelando.
EliminarHermoso.
No es la forma
EliminarExcelente! hay que darles una lección a estos marxistas de mierda. Bloqueo total de todo tipo de insumos ahora!
EliminarEl 5% de los camioneros bloqueando la libertad de transito al 95% que está trabajando, ufff que lección
EliminarForzaron un plebiscito respecto de la constitución quemando medio chile.
EliminarA la mierda la corrección política de las formas.
Esa etapa la superamos hace rato. Son los costos de no hacer valer el Estado de Derecho cuando se debía.
A llorar a la iglesia.